Mujer Maravilla: El tardío y mejor inicio de DCEU.
A pesar de los pronósticos que se venían barajando acerca del DC Extended Universe, el film de Patty Jenkins demuestra ser un producto consistente y altamente entretenido. Una excelente película que narra los inicios de la mujer perteneciente a la más celebrada triada de héroes.
No vamos a entrar en la en la ya desgastada discusión sobre cómo fue encarado el universo DC en su versión cinéfila, sobre la visión con que la dotaron Zack Snyder y David S. Goyer. Tal vez hasta resulta innecesario ya que Patty Jenkins supo dar al film de la heroína por antonomasia del cómic una impronta tan personal como independiente, sin dejar de lado el bagaje hasta hoy alcanzado con los filmes anteriores. Geoff Johns y Allan Heinberg son quienes idearon la historia en base al personaje que creara William M. Marston en los tempranos cuarentas, y que no está de más decir todo un adelanto en la visión femenina y su sitio en los sucesos del mundo.
Porque esta reseña, crítica o como quieran llamarle, no puede comenzar sin atender a la idea original que se tuvo al crear este personaje. “Wonder Woman es una propaganda psicológica para el nuevo tipo de mujer que debería ser, en mi opinión, para gobernar el mundo”. La independiente y poderosa fémina capaz de luchar y derrotar en combate a su contrincante y que no por ello perdiera las cualidades que él creía eran propias de su género; eficientes, honestas, confiables, capaces del sacrificio por un bien mayor, con un poder superior de soportar el dolor y ser capaces de enfrentar la adversidad por sus propios medios. Lejos de la mujer que se cultivaba en los años de la 2° Guerra Mundial. Esta no quedaba atrás en el hogar esperando al marido que combatía en el frente.
Todo comienza con el deseo de la reina Hipólita de tener una hija, descendencia en un mundo de mujeres sin niños. Es así que crea de la arcilla la niña que el mismo Zeus dotará de vida como otros dioses de dones. Criada como una más de las amazonas en la isla de Temiscira la joven demostró ser la gran guerrera que se esperaba que fuera y más a pesar de los deseos de su madre. Porque ella guarda un secreto, ella es el poder encarnado, una hija de dioses.
Con un esplendoroso prólogo somos testigos de la educación, de la iniciación de Diana en el mundo de las guerreras, una historia de origen en todos los aspectos, pero que no descuida la aventura en ningún momento. Porque la película ha logrado que sea esto, una epopeya en todas sus acepciones; el camino iniciático que ella transita, lejos de una compleja mitología que distraiga, el propósito es sostenido hasta el final; narrar una buena historia de acción y crecimiento emocional del personaje. Algo que se agradece enormemente. Y que la directora lleva con buen pulso a lo largo de más de dos horas. Con una Gal Gadot que carga sobre su frente la tiara con presencia y arrojo, dándole a la mujer maravilla una conmovedora inocencia sobre el mundo de los hombres como un incomparable intrepidez. Es perfecta heredera de la ya mítica Lynda Carter y su creación allá por los años setentas. Han sabido actualizar al personaje más allá de que la historia transcurre en la primera Guerra (1914-1918), la madre de todas las guerras. Y es la incapacidad de ella de comprender tanta destrucción y muerte, un poco la visión que el espectador tiene, haciendo un interesante juego de visones. Nosotros también nos asombramos ante tanta destrucción, como la acaecida en aquella contienda internacional.
Aventura pura y dura que no deja de mostrar nuestra capacidad para la destrucción que de alguna manera empata con esa visión un tanto pesimista de la humanidad que ya tuvieron los filmes que la precedieron, pero que esta vez supieron dar una imaginería más cercana a filmes como el Superman de Richard Donner. Es decir, el héroe ante la adversidad no deja de tener fe en que se puede revertir si se encara con amor. Así de sencillo, es el amor a la humanidad lo que hace de la Mujer Maravilla un ser excepcional en todo sentido, su deseo de demostrar que a través de él se pueden superar los escollos. En el Hombre de Acero (2013) supimos escuchar “Darás a los habitantes de la Tierra un ideal por el que luchar. Intentarán seguirte. Tropezaran. Caerán. Pero con el tiempo se unirán a ti en el Sol, Kal“. Aquí radica mucho de lo que ha sabido dotar Patty Jenkins al film, con personajes que saben acompañar a la guerrera; Chris Pine con un solvente y querible Steve Trevor, Robin Wright y Connie Nielsen como madre y tía, como reina y comandante, David Thewlis, Elena Anaya, están para dar profundidad a un acabado marco que funciona y promete. Es una apasionante travesía que realizamos y que gracias a un apartado técnico impecable se luce y disfruta. Ha llegado la hora de la heroína, la presentación en todo su renovado esplendor y salen airosos del combate, dejan una película que es un origen y una aventura, un film de acción narrado con brío que destaca hasta hoy y que ojalá sea un ejemplo a seguir en la continua expansión del DCU.