El director de los cortos Mañana todas las cosas y El pasado roto, Sebastián Schjaer presenta La omisión. En su ópera prima, el cineasta indaga en el viaje introspectivo de una joven madre.
La película gira en torno a Paula (Sofía Brito), una joven porteña, de poco más de 20 años, que se instala en Ushuaia para aprovechar de los presuntos buenos ingresos que hay en esa ciudad. En un principio trabajará como empleada de limpieza en un hotel, pero luego aceptará un empleo como guía turística.
A pesar de trabajar intensamente, la plata parece nunca ser suficiente. Es que la protagonista tiene (o eso parece al principio) un simple objetivo: conseguir el dinero para poder viajar a Canadá junto a su pareja, Diego (Pablo Sigal), y su hija.
Durante un día de trabajo, Paula se topa con Manuel (Lisandro Rodríguez), un fotógrafo que trabaja en el Municipio. Luego de tener un encuentro sexual con este chico, Paula comenzará a mantener una extraña relación con él. Lo que por momentos parece ser algo simplemente sexual, a veces tendrá toques que irán más bien hacia la amistad o, inclusive, hacia lo romántico. Ahora, a su problema económico y familiar -su pareja vive en Río Grande y su hija con una tía-, se le suma este raro vínculo con el fotógrafo.
Sebastián Schjaer crea un personaje a través del cual indaga en las complejidades de la interioridad humana, sobre todo en la femenina. Lejos de juzgar las decisiones que toma la protagonista -quien por momentos tiene actitudes que parecen ser difíciles de comprender-, se acompaña el viaje íntimo e introspectivo que realiza la joven. Acá lo importante no es si sus motivaciones son correctas o no, sino el autodescubrimiento de ella a lo largo del metraje.
La cámara sigue a la protagonista por todos lados, acompaña sus viajes al trabajo y las caminatas con su hija. En este recorrido también se permite apreciar el entorno en el que se desarrolla la película: Ushuaia, un lugar hermoso pero frío y desolador. Un lugar tan incierto como el interior de Paula. La omisión hace un recorrido por el camino, tanto físico como psicológico, que realiza la joven.
La película avanza de una manera lenta pero nunca aburrida. El cineasta desarrolla de a poco al personaje de Sofía Brito, un personaje que crece a medida que lo hace la trama. Una protagonista que sorprende con sus decisiones y con sus motivaciones. La película parece ir construyéndose a su paso. Así como también lo hace el futuro de la protagonista, quien, pese a tener un objetivo claro -al menos en un principio-, ahora se encuentra frente a un futuro incierto.