Buenos Aires, 1984. La ciudad despierta de la larga noche de la dictadura. Sus calles vuelven a poblarse de gente. La euforia democrática lo tiñe todo de un optimismo multicolor. Sin embargo, desde los márgenes, identificándose con el negro, el color que nadie quiere ver, un grupo de jóvenes se prepara para intervenir el espacio público de una forma revolucionaria. Sin siquiera sospecharlo, están a punto de poner en marcha un dispositivo teatral que marcará un antes y un después en el ámbito del teatro y la performance en Argentina.