La orfandad postapocalíptica.
En otro contexto histórico cinematográfico La Quinta Ola (The 5th Wave, 2016) hubiese comenzado con una escena centrada en un acto de crueldad que invitase a reflexionar -por lo menos, vagamente- acerca de la impiedad del mundo que construimos, no obstante los tiempos han cambiado y Hollywood prefiere convalidar el desconcierto paranoico e inofensivo que tanto factura a nivel mediático/ redes sociales: Cassie Sullivan (Chloë Grace Moretz) deambula sola entre las ruinas de lo que fue Estados Unidos, de pronto encuentra un supermercado, se abastece de alimentos y en un triste episodio de desconfianza termina asesinando a un hombre herido que pedía ayuda. Inspirándose en algunas recurrencias estéticas de The Walking Dead y con una trama que retoma elementos de La Huésped (The Host, 2013), la película es otra adaptación de un best seller para adolescentes y “aledaños”.
Más allá de la saturación del rubro, el cual -a la manera del cine de superhéroes- ya sólo genera hartazgo en función de una seguidilla de productos intercambiables, no cabe duda de que el mainstream acusó recibo de las críticas en torno a Crepúsculo (Twilight) porque desde entonces viene elevando la calidad de las protagonistas elegidas para las franquicias, como lo demuestran Jennifer Lawrence en Los Juegos del Hambre (The Hunger Games), Shailene Woodley en Divergente (Divergent) y la propia Moretz en este puntapié inicial de lo que será una saga a futuro. Lamentablemente La Quinta Ola no aprovecha del todo los motivos de los relatos de supervivencia e infiltración (ahora con una arremetida alienígena minimalista de fondo) y de hecho se queda en la mediocridad de Divergente, ubicándose bastante lejos de los primeros y atractivos opus de Los Juegos del Hambre y Maze Runner.
Por cierto llama mucho la atención cómo el Hollywood de las últimas décadas dedica tanto tiempo y esfuerzo a los reboots, dando a veces hasta libertad creativa a los responsables para que no acusen de “impersonal” a la epopeya resultante, para luego -al momento de las secuelas- tensionar la correa y pedir que se respete a rajatabla ese mismo repertorio de estereotipos que terminan destruyendo los puntos a favor acumulados (las convicciones ideológicas se difuman al ritmo de las explosiones, los romances y la violencia aséptica). No hace falta que nos concentremos exclusivamente en los best sellers para jovencitos, basta con recordar la eficacia de productos multitarget como GoldenEye (1995) y Casino Royale (2006), aquellas presentaciones en sociedad de Pierce Brosnan y Daniel Craig como 007, dos obras muy placenteras si las comparamos con la pobreza de sus continuaciones.
Sin embargo hasta en propuestas como la presente siempre es posible hallar ingredientes interesantes, pensemos por ejemplo en la concepción de “masacre” que maneja La Quinta Ola, cuya historia gira alrededor de la estrategia extraterrestre de criar niños soldados símil Beasts of No Nation (2015), engañando a los huérfanos humanos para que maten a los sobrevivientes con la excusa de que están siendo controlados por un parásito alienígena. Esta truculencia digna de África o Medio Oriente, emparentada con la “limpieza étnica”, resulta más adulta que la perspectiva hueca de los bodrios contemporáneos. Vampirizando ítems de La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1956) y V, el film es muy esquemático pero cumple en cuanto al desarrollo de personajes, hoy en torno a esa trinidad compuesta por el ataque, la rebelión y la contrainsurgencia…