Otra vez, aliens invasores
Otra aventura juvenil, sazonada con algunos elementos que remiten a la ciencia ficción, pero sin lugar a dudas un producto destinado más a los fanáticos de las primeras que a quienes se interesan seriamente por los creadores de ciencia ficción. Lo que equivale a decir que estamos aquí bastante cerca de Los juegos del hambre, Divergente y hasta de Día de la independencia o títulos similares, y que su público principal está entre los contemporáneos de los protagonistas. Que tendremos una heroína adolescente que al mismo tiempo que enfrenta a los invasores del caso relata esta historia posapocalíptica, con la ocasional ayuda de otros dos narradores, varones e igualmente jóvenes, con los cuales también comparte la acción. Y que llegado cierto punto de la fábula, tomada de la trilogía best seller de Rick Yancey convenientemente manipulada por sus tres adaptadores, cuando se esté acercando el final percibiremos que los autores empiezan a estar más preocupados por abrirles camino a los temas que se desarrollarán en la previsible secuela que por terminar de completar coherentemente su actual narrativa. Puede parecer en vano que se aspire a que a esa altura disminuya un poco la proporción de lugares comunes, y que el cuento incorpore alguna pizca de originalidad, pero debe reconocerse que la ficción, con todos sus altibajos, se las arregla para mantener el interés del novel espectador.
La adolescente del caso es Chloe Grace Moretz, lo mejor del elenco salvo los dos adultos -Maria Bello y Lieb Schreiber, probablemente puestos para apuntalarlo-, y es la que debe enfrentar a los extraterrestres invasores que en los comienzos de la película han completado las primeras y terribles olas que fueron diezmando la población humana. La primera fue un apagón generalizado; la segunda, un descomunal tsunami que arrasó con todo, en especial en las zonas vecinas a las costas; la tercera, una plaga que destruyó cualquier señal de vida; la cuarta, un multitudinario ejército de asesinos encargados de terminar con los sobrevivientes. Y todavía falta la esperada quinta ola a la que se suma la pésima noticia de que los aliens pueden adoptar aspecto de humanos y mezclarse entre ellos. La chica y sus dos galanes tendrán bastante que hacer (ella seguirá tratando de recuperar a su hermanito) y aún les quedará tiempo para coqueteos amorosos.
El relato no da demasiadas explicaciones ni brilla por su cohesión ni por su módica dosis de suspenso, pero no aburre. Es algo.