La risa sigue a un grupo de amigos a la deriva en un pantanoso después de hora: al amanecer tras una fiesta nocturna, cuando el cuerpo se debate entre la excitación y la extenuación. En un inagotable camino de vuelta a casa, en ese tramo que va del éxtasis a la soledad del sueño, en la fase donde la vigilia es casi embriaguez, la cámara de Fund recorta esa resaca de energía para conectarla en un juego de suspenso y absurdo, de incomodidad y felicidad sedada donde el tiempo deviene cine puro.