El cine de terror argentino, como el de otras latitudes, puede ser diferenciado en dos vertientes: los delirios salvajes y los thrillers psicológicos. La Señora Haidi (2017) pertenece a este último grupo, aunque no se aleja tanto del otro.
Luego de sufrir un accidente en la ruta, dos jóvenes (Guillermo Pfening y María Abadi) acuden a una residencia campestre habitada por la señora Haidi (María Leal), una señora de apariencia tranquila, con conocimientos de enfermería y una devoción por La Biblia. Pese a la amabilidad inicial, un detalle hará que la dueña de casa revele su verdadera (y tenebrosa) personalidad.
El mayor atractivo de la película reside en ver a María Leal en un rol diferente a todos los de su carrera: compone a una asesina psicópata que, como es habitual es esta clase de personajes, cree estar haciendo lo correcto. Algunos de sus gestos resultan interesantes, aunque la mayor parte de su caracterización no se aparta de la mayoría de los asesinos de manual. De todos modos, sigue siendo lo mejor del elenco y del film, que podría haber contado con un mejor ritmo y giros argumentales. Sí es para rescatar la manera en que los directores Rafael Menéndez y Daniel Alvaredo le sacan el jugo a una sola locación.
Señora Haidi es mucho menos de lo que podría haber sido, pero bien vale como intento de seguir apostando al terror argentino.