Es francamente difícil bajar los niveles de adrenalina y sentarse a escribir luego de ver Prisoners seguido de tener al mismísimo Hugh Jackman a unos metros de distancia, pero lo intentaré.
Jackman está en cuerpo y alma en San Sebastián, por la alfombra roja o pedaleando alguna bici por las calles, porque esta noche recibirá su premio Donosti a Mejor Actor por su protagónico en Prisioners. Allí interpreta a Keller Dover, un padre de familia previsor y protector, un super hombre que sólo quiere proteger a su familia pero resulta que no puede controlarlo todo. La noche de Acción de Gracias, los Dover se reúnen a festejar junto a una familia amiga que tienen, como ellos, dos hijos y que rondan edades similares. Los Deller disponían volver a casa cuando no pueden encontrar a Anna ni a su amiga Joy, ambas han desaparecido. El tiempo se hace eterno cuando pese a todos los intentos del detective Loki (Jake Gyllenhaal), no hay certezas y la desesperación de las familias aumenta. La única pista es una autocaravana estacionada en la zona de la desaparición. Su conductor es un joven con el coeficiente intelectual del un niño, Alex Jones (Paul Dano) apañado por su tía y que a pesar de la insistencia de Keller en su culpabilidad, es soltado en libertad por falta de méritos. Por eso, este padre desesperado decide ir en busca de respuestas con sus propias manos...