Cada nueva película de Catherine Deneuve tiene un problema: se parece demasiado a la película anterior de Catherine Deneuve. Y eso distancia al espectador. Porque cada director se entusiasma demasiado en que la historia gire exclusivamente en torno a ella, y la actriz no expone una versatilidad expresiva interesante. Se repite con roles de otros filmes como "En un patio de París" y "Ella se va", por lo que uno vuelve a ver más de lo mismo. Esta es la historia de Claire, una señora mayor que un día decide vender todos los objetos de su casa, ubicada en un pueblo parisino, porque asegura que esa misma noche se va a morir. La directora recorre el pasado y el presente de la relación de Claire y su hija Marie (sólido rol de Chiara Mastroianni) y de a poco van alumbrando secretos y angustias. Incluso hay una situación muy parecida al filme argentino "El hombre de al lado", que cualquiera que recuerde aquella película de la dupla Cohn-Duprat la va a recordar de inmediato. Hay muchas cosas no subrayadas que suman y otras que deberían subrayarse para que se entiendan. Por eso la película termina flotando con sabor a poco. Y hay más metáforas que esencia sensible.