Will Smith protagoniza esta historia “basada en hechos reales” (las comillas las agrego porque hay gente que tiende a ver estas películas creyendo que cada cosita que se muestra en ella sucedió de igual manera), en la piel de un doctor africano que llega a los Estados Unidos queriendo ser ante todo, americano. O al menos el concepto que él tiene de ser americano.
Trabaja haciendo autopsias, entendiéndose más con los cuerpos fríos que los calientes, un día conoce un nombre: Mike Webster. De repente, algo muy americano a lo que él era ajeno, el fútbol, se introduce en su vida. Mike Webster, jugador, ídolo de los Pittsburgh, que a la hora de morir tiene poco más de 50 años, fallece en un aparente suicidio pero todo indica que hacía tiempo llevaba teniendo problemas que nunca le fueron diagnosticados. Bennet Omalu, el hombre al que interpreta Smith, una persona culta y estudiosa que tiene varios títulos en su haber, descubre que su cerebro estaba muy dañado a causa de los golpes, literales, que le dio su carrera como deportista.
Un caso no es suficiente para crear una teoría, pero entonces se dan a conocer otras muertes extrañas de ex jugadores. Es entonces que a medida que va recolectando pruebas, comienzan a callarlo. El mundo del fútbol americano es demasiado grande y demasiado poderoso, y no se puede permitir que lo hagan ver como algo malo para la gente, si en realidad da tantas satisfacciones.
Es así que la historia que cuenta “La verdad oculta” es realmente interesante y radica allí el atractivo principal de una película que a la larga no es más que un telefilm, menos provocador de lo que promete y con personajes pobremente construidos, demasiado unidimensionales. Los diálogos se tornan reiterativos (incontable cantidad de veces mencionan lo que es, o debería ser, ser americano, por ejemplo) y subrayados.
Will Smith está bien, mucho más contenido de lo que acostumbra, pero su interpretación pide a gritos ser tomado en serio, y si es con una nominación al Oscar (la cual, claro, no obtuvo aunque mucho se especuló con eso), mejor.
Resumiendo, a nivel cinematográfico no tiene mucho que ofrecer, incluso la dirección deja que desear, pero es interesante por el tema que trata y cuenta, que aún hoy se mantiene bastante oculto, sino prestémosle atención al éxito que implica el SuperBowl.