Blue is the warmest color no es sólo el nombre con el que se estrenó la película en cuestión en los Estados Unidos, es además el nombre de la novela gráfica en la que está inspirada. Aunque en ella, la protagonista no se llama Adele, sino Clementine.
Pero hay una razón para este cambio de nombre y tiene que ver con el modo en que el director Abdellatif Kechiche decidió filmar esta película: con improvisaciones y dejándolas a las actrices ser, para que el film fluya naturalmente.
Así es que muchas escenas en las que se suponía que estaban ensayando terminaron en el rollo final de la película, donde a la protagonista no dejaban de llamarla por el nombre de la actriz, claro, el de Adele Exarchopoulos, actriz de la que nadie puede dejar de hablar hoy en día. Adele es una adolescente que disfruta mucho de la literatura.
Bella con su rostro sin maquillar y su cabello recogido de manera un poco desprolija, derrocha sexualidad. Adele cree parecerse mucho al resto de sus compañeras, hasta que conoce a Emma. La chica de cabello azul, interpretada por Lea Seydoux (actriz que alterna entre Hollywood y el cine francés), estudiante de arte, causa un fuerte impacto en la vida de Adele.
Y es que La Vida de Adele es una película no precisamente sobre toda la vida de Adele, sino sobre el fragmento más importante de ésta, aquel que comienza con Adele descubriéndose verdaderamente a sí misma, se enamora, y termina con la lección de que en la vida hay libros cuyas páginas deben pasarse.
La película que dura tres horas no se siente larga en lo absoluto y fue galardonada en diferentes festivales. También fue polémica, por supuesto, por sus explícitas escenas de sexo. Pero hay que resaltar algo importantísimo sobre este hecho y es que estas escenas no son gratuitas. El director decide dedicarles tantos minutos a las escenas de sexo como importancia tienen en la vida de Adele.
La relación sexual, incómoda, mecánica, que tiene con un muchacho que le gusta, dura apenas unos segundos. La relación sexual que tiene con Emma, llena de pasión, de amor, y de entendimiento, dura cerca de diez minutos. Y la relación sexual que le cuesta la relación a la pareja de ellas dos ni siquiera aparece en pantalla, no es importante.
O quizás sí, pero sólo por lo que provoca en ellas dos el hecho de que haya sucedido. Pero a la vez, parece ser un poco una excusa de una Emma que ya no lleva el cabello del cálido color azul, sino rubio, y así se la ve a ella, más fría.
Una historia de amor, de descubrimiento. Nada parecido a lo que uno espera, el tema de la homosexualidad está tratado con tal naturalidad que no pertenece a un género aparte, es simplemente una historia de dos personas que se encuentran.
En este caso, estas dos personas están interpretadas por estas dos talentosas actrices que además tienen una química brillante lo cual ayuda a que la historia fluya de manera tan natural. Una película pequeña y enorme, en la que casi todo está teñido de azul. Bella, honesta y que no va a pasar desapercibida.