Joy es una sufrida mujer, amada por el fantasma de un ex novio suicida y miembro de una disfuncional y compleja familia, repleta de sombras, temas tabúes y perversiones varias. Con el bar mitzvah de su sobrino a días de distancia, todos los parientes comienzan a llegar y será el momento de decidir perdonar o mantener la distancia que ya los separaba.
En esta secuela indirecta de “Felicidad”, los personajes hablan de manera directa, sin tapujos (la escena donde una madre habla sobre su excitación sexual con su hijo basta de ejemplo). La tensión se corta en el aire y la atmósfera, densa, puede arrancar alguna risa nerviosa mediante las sutilezas de un guión elaborado, ecléctico, que no teme retratar al máximo el patetismo de algunas de sus figuras protagónicas.
“La vida en tiempos difíciles” no es una cita convencional, es un drama con muchas aristas que compensa algunos defectos técnicos con un potente relato. Todo nos conduce a recomenzar la vida: volver a descubrir el amor, formar pareja de nuevo, reinsertarse en la sociedad, buscar el perdón de nuestros seres queridos… Desde el título original (Life during wartime) se hace referencia a la guerra, pero en este caso se refiere a un combate que está directamente relacionado con los tropiezos diarios a los que nos enfrentamos todas las personas.