Las reuniones familiares constituyen un concepto irresistible para cualquier historia. Y si le agregamos la Navidad y un personaje con problemas de salud, el potencial dramático está asegurado.
Luego de El diablo blanco, su ópera prima, el actor Ignacio Rogers se adentra en la comedia dramática (o dramedy) gracias a Las fiestas. Cecilia Roth interpreta a María Paz, una mujer que es dada de alta luego de un infarto. Para celebrar su especie de renacimiento, decide pasar unos días -incluyendo el 24 de diciembre- en una finca, junto a sus tres hijos: Sergio (Daniel Hendler), Luz (Dolores Fonzi) y Mali (Ezequiel Díaz). Al principio ellos no están seguros: conocen demasiado a su madre y su temperamento. Terminan accediendo y tratan de poner la mejor voluntad. Así van surgiendo situaciones amenas, incluso divertidas, pero pronto aflora lo más incómodo del pasado.
De la mano de un guión que lo tiene entre sus autores, el director balancea los elementos cómicos y duros para lograr un film intimista, provisto de capas. Estamos ante un reencuentro, pero también se presenta algo más fatalista, que planea en cada escena sin ser explicitado. En este aspecto es crucial el trabajo de los actores, que saben exprimir la complejidad de los personajes. Tenemos a María Paz, que sólo quiere dar amor, aún cuando es consciente de sus fallas, y tres hijos que deben lidiar con sus propios problemas (desde separaciones hasta incertidumbre laboral). También asoma el interés por la herencia, ya que temen otro problema cardíaco. Esas imperfecciones hacen que cada uno sean reales y nunca dejen de hacerse queribles.
Las fiestas permite el lucimiento de un elenco notable (en especial Roth; uno de los mejores papeles de su carrera) y confirma la madurez de un director que sigue evolucionando.