Las horas más oscuras es un nuevo testimonio de que Joe Wright es uno de los mejor directores actuales de películas de época. El realizador de Orgullo y prejuicio es cuidadoso con los detalles de la recreación, pero no se regodea en ellos sin sentido; explota su belleza en cada plano, pero utilizándolos para construir el universo de la historia que está contando.
La presencia constante del humor, especialmente a través de Winston Churchill, su protagonista, le quita solemnidad a la película que cuenta dramáticos momentos de la Segunda Guerra Mundial, a partir de la asunción del histórico primer ministro.
El film permite conocer el otro lado de la historia narrada en Dunkerque, de Christopher Nolan. Aquí se ve cómo los hombres poderosos del Reino Unido, el rey, Churchill y su consejo de guerra decidían la suerte del eventual rescate de las tropas varadas en esas playas y discutían si era mejor sentarse a negociar o enfrentar a la amenaza alemana que avanzaba a gran velocidad.
No es demasiado arriesgado decir que Gary Oldman tiene enormes posibilidades de conseguir el Oscar por su interpretación de Churchill en el film. La personalidad desbordante del primer ministro británico y sus discursos memorables lo convierten en el personaje perfecto para que un actor de la talla del protagonista de El topo le saque todo el jugo posible. La película es el show de Winston Churchill; y el excelente trabajo del actor termina convirtiéndola en el show de Oldman.