Aunque no de la manera que décadas atrás, el cine italiano nunca deja de dar grandes cineastas con una visión propia y un alcance mundial. Paolo Sorrentino es el exponente más notorio (en especial, después del Oscar por La Grande Bellezza, 2013), pero también es posible nombrar a Mateo Garrone (Gomorra, 2008) y a Alice Rohrwacher. Gracias a Corpo celeste (2011), su ópera prima, llamó la atención de los críticos y obtuvo numerosos premios. Las Maravillas (Le Meraviglie, 2014) es su segundo largometraje, y el que contribuye a su camino a la consagración.
Gelsomina (Maria Alexandra Lungu) no tuvo infancia. Hija mayor de una pareja de apicultores, ejerce la actividad junto a sus tres hermanas menores en una vivienda de la región de Umbría. Su rutina diaria se basa en abejas, miel, trabajo duro. La rutina será alterada cuando llega un programa de televisión que, concurso mediante, premiará con dinero a una familia rural. Entusiasmada, Gelsomina accede a participar, aunque el padre (Sam Louwyck), un hombre chapado a la antigua, no está contento; de hecho, desprecia aún más a las mujeres que lo rodean a partir de que se convierte en tutor de Martin (Luis Huilca), un muchacho que lo ayuda. ¿Podrá Gelsomina conseguir, mediante el concurso, la oportunidad para evitar un porvenir cada vez más complicado, salvar a su familia y tener una vida normal?
Lo nuevo de Rohrwacher (de corte biográfico: su padre, de origen alemán, se dedicaba a la apicultura) cuenta una historia de madurez, de choques culturales dentro de una misma familia, de etapas que son quemadas a una edad prematura. La directora también aprovecha para hablar, de manera indirecta, de la situación social de la Italia contemporánea y del impacto de los medios televisivos, con su glamour y sus promesas de salvación.
La joven Maria Alexandra Lungu es quien lleva adelante la película. Frescura y talento se conjugan para darle corazón a Gelsomina. El actor belga Sam Louwyck compone a Wolfgang, un padre duro, cerrado, de procederes cuestionables, pero que no deja de ser humano; sólo quiere lo mejor para su familia. Alba Rohrwacher es Angelica, la madre, la persona adulta que más entiende a las jóvenes. No nos olvidemos de la participación especial de la siempre deslumbrante Monica Bellucci; se roba sus escenas como Milly Catena, la conductora del programa e ídola de la protagonista.
A veces dramática, a veces tierna, a veces cómica, entrañable de principio a fin, Las Maravillas demuestra que el cine italiano pasa por un momento interesante. Será cuestión de tiempo si logra recuperar el trono de antaño, pero de la mano de Alice Rohrwacher, por ejemplo, va por muy buen camino.