Tanto el título de la película como la secuencia inicial, con un ataque a un ganado durante la noche, llevan a pensar que estamos ante una historia de terror implacable, de la vieja escuela. Justamente la vieja escuela sí se mantiene, pero en un tono de fantasía oscura juvenil.
Sol (Luciana Grasso), una adolescente retraída, se muda con su madre (Jazmín Stuart) a un pueblo donde convivirán con Gonzalo (Esteban Lamothe), pareja de la mujer. La adaptación es difícil, e incluye compañeras de colegio maltratadoras. Pero pronto conoce a una perra blanca con la que entabla una relación especial y que la protegerá de los peligros más inmediatos. Pero, ¿qué relación tiene el can con el supuesto puma que mata animales por las noches?
La propuesta del director y productor Sebastián Perillo es un coming of age que homenajea al cine estadounidense de los ‘80, con sus pueblitos, los jóvenes conflictuados, los adultos que no los entienden, los paseos nocturnos y los misterios. No recurre a citas directas, pero se siente en la estructura dramática, los tópicos y hasta la elección de casting (los estudiantes parecen salidos de la saga de Pesadilla en lo profundo de la noche). El espectador más atento notará la influencia directa de John Carpenter, Steven Spielberg, John Hughes y hasta Sam Fuller. Al mismo tiempo, lejos de intentar un tono neutro para una fácil comercialización internacional, posee una identidad argentina, desde los modismos de los personajes hasta la manera de hablar. Otro logro del film pasa por el tono: si bien continúa siendo un cuento juvenil, tiene sus detalles adultos, como una masturbación y un intento de abuso sexual.
Luciana Grasso tiene la presencia exacta para Sol, capaz de ser tímida y fuerte, y sabe llevar la película sobre los hombros. Por el lado de los secundarios, Lamothe es quien sobresale por la incomodidad que genera su personaje.
Las noches son de los monstruos puede despistar a más de uno al principio, pero basta con captar su esencia para adentrarse en una película que admite sus fuentes y lo disfruta.