En Hell’s Kitchen, Nueva York, en el año 1978, tres delincuentes son detenidos por el FBI. Ellos son quienes manejan los negocios sucios del barrio, cobran por proteger a los comerciantes y atacan a los deudores de su “servicio”. Tras el juicio son condenados a tres años de prisión y sos sus mujeres quienes, ahogadas por deudas, deciden tomar su lugar en la organización. Montan su propia estructura de protección, se alían con los italianos de Brooklyn y van relegando a sus compatriotas, los irlandeses de Hell’s Kitchen. Ellas no saben hasta qué punto pagarán, y muy caro, esta traición a la familia.