Aceptamos el amor que creemos merecer. Es probablemente por eso que Candace está con alguien que es capaz de levantarle la mano. Y Sam, con un joven que no la valora y la usa a su antojo. Y Patrick sufre por el amor de alguien que no puede mostrarse al mundo como es, sólo por cobardía.
Charlie es un observador, un “wallflower”, un marginado, no participa. Pero al ser invisible y ver realmente las cosas, entiende. No puede tomar una posición y pone la felicidad, o al menos el bienestar, de los demás por encima del propio.
Callado, frágil, sensible, Charlie por fin logra hacerse un grupo de amigos tras el suicidio de su mejor y único amigo. Y así como él es único, cada uno de estos “locos” también son particulares y se diferencian del resto. Por eso probablemente decidan representar en el escenario “Rocky Horror Picture Show”.
Algunos han definido a “The Perks of Being a Wallflower” como una película de generación. Quizá porque representa aquello que muchos olvidamos y dejamos atrás: lo que se siente tener 16 años, estar a medio camino entre ser niño y ser adulto. Ese momento en la vida en que es tan fácil sentirse insignificante.
La adaptación del libro que realiza su propio autor, Stephen Chbosky, es correcta, aunque poco jugada. No hay cambios pero sí entendibles omisiones. La película logra conmover tanto (quizás incluso más) como el libro. Ahora no sólo somos testigos del buen gusto musical que tienen sus personajes, sino que el poder escuchar esas canciones acentúan los momentos emotivos.
Logan Lerman es Charlie, este muchacho especial, que no puede dejar de ver al fantasma de su querida tía Helen, que guarda más secretos de los que él cree, que en cualquier momento puede quebrarse y que le escribe a alguien que podría ser cualquiera, vos o incluso yo. Ezra Miller es Patrick, liberal y rebelde, quien aporta frescura e intenta vivir su vida con intensidad. Emma Watson (ya alejada de Hermione) es Sam, la hermosa chica de la que Charlie no puede evitar enamorarse. Acompañan el elenco un brillante Paul Rudd como el profesor de literatura que va a alentar a Charlie a leer y leer para que en un futuro, escriba; Kate Walsh y Dylan McDermott como los padres de Charlie, Nina Dobrev como su hermana, y Joan Cusack con una pequeña pero primordial aparición (aunque me hubiese gustado que apareciera antes ese personaje, sobretodo porque no puedo evitar recordar cuando en el libro Charlie escribe que ahora entiende aquellas preguntas que le hacía el psiquiatra).
“The Perks of Being a Wallflower” es capaz de hacernos reír y llorar. De enamorarnos. Trata temas tan difíciles como el suicidio y el abuso sexual, pero lo hace con mucho corazón. Y nos relata lo importante de encontrar a esos amigos tan especiales, que aparecen en el momento menos esperado y se quedan a tu lado. La adolescencia, esa época caótica, traumática y hermosa, llena de momentos que no se repiten.
Es una película que no dudaría en recomendar, inspiradora. Porque bajo el puente, con la música de Bowie sonando, de noche y con nuestras alas extendidas, somos infinitos.