Lazos perversos (Park Chan-wook. Estados Unidos / Reino Unido)
Es probable que ningún director hubiera sido más adecuado para filmar el lúgubre guión de Wentworth Miller (sí, el protagonista de la serie Prison Break), pero aún así, debe decirse que el mismo se encuentra en un tono e intensidad muchos decibeles y amperios por debajo de lo que normalmente logra el desquiciado Park Chan-wook en su Corea natal. El resultado es un ejercicio hitchcockiano estilizado y elegante, pero filmado con el pulso de un director que conoce el paño y que sabe proponer excesos como ningún otro. Poderosos planos-detalle, sugestivos fundidos de imágenes, una viva paleta de colores y una compaginación fotográfica y sonora que juegan fuerte en función de la locura, la fiebre sexual y la violencia que se contienen y se conservan para estallar finalmente en hermosas y brutales catarsis. Como ya nos demostró el colega surcoreano Kim Jee-woon dirigiendo a Schwarzenegger, ni la maquinaria de Hollywood puede doblegar el poderío tras de cámaras de los cineastas surcoreanos.