Park Chan-Wook emula su llegada al cine de Hollywood con la de otro gran director que desembarcó su talento en Tinseltown: Alfred Hitchcock. Y no es sutil al respecto -el guión está escrito junto a Wentworth Miller el actor de “Prison Break“- el ambivalente personaje del fantástico Matthew Goode se llama “Uncle Charlie” clonado del clásico “Shadow of a Doubt“. Los paralelos con el maestro del suspenso no terminan allí; India es taxidermista, como Norman Bates en “Psycho” y la cruda escena del estrangulamiento recuerda a “Frenzy“, tampoco faltan la cabina telefónica de “The Birds“, ni la ducha de Janet Leigh. El film está perversamente filmado, la belleza de las imágenes es directamente proporcional a su crueldad, no hay una toma que sea visualmente indiferente a la historia, la edición también narra. India, la joven protagonista, contiene una metafórica araña en su interior, victima de un predador y atrapada en la red de una familia disuelta. Park literaliza la idea mostrando un arácnido subiendo por la pierna de india hasta llegar a su entrepierna y luego sentada dentro de una hamaca con una forma similar a una bolsa de huevos de arañas. India nos dice que sus sentidos representan los frutos de una vida aprendiendo y que no tiene certezas de su poder de percepción, ella manipula la realidad que habita, conjura momentos de asombro y misterio fantasmal, y en el proceso exorcizará su verdadero ser.