Efectiva, pero efímera
La saga comienza a repetirse, pero todavía consigue ser efectiva y divertida.
En tiempos en que prácticamente cualquier cosa puede convertirse en una película de Hollywood, el popular juguete de encastre vuelve al cine con su tercera incursión después de la nostálgica La gran aventura Lego y la paródica Lego Batman: la película.
Esta vez la acción transcurre en un universo asiático, con influencias mezcladas entre las culturas china y japonesa. Un grupo de ninjas adolescentes debe detener al malvado Lord Garmadon. El villano no es otro que el papá de Lloyd, el muñeco protagonista que sufre el rechazo de todo Ninjago aunque salve la ciudad noche tras noche en secreto al convertirse en el Ninja Verde, y la moraleja está muy encastrada en el universo de la identidad, tan afín a la paternidad como al imaginario ninja.
En una de esas frecuentes peleas contra su padre, Lloyd decide utilizar “el arma máxima”, que no resulta ser más que un inofensivo puntero láser. Pero “el arma máxima” termina provocando la irrupción en la ciudad animada de un “monstruo suavecito con dedos y lengua áspera”, que no es más que un simpático gatito real al que llaman “Miauthra” y termina derribando edificios y todo lo que se cruce en su camino mientras persigue incansable la luz del puntero. Por consejo del Maestro Wu, para que todo vuelva a la apacible normalidad, los chicos salen en busca del “arma máxima máxima” y de transformarse en verdaderos ninjas en el camino, acompañados por el propio Lord Garmadon con quien Lloyd deberá recomponer su relación padre-hijo como parte del proceso.
Muchos gags ingeniosos, demasiados chistes obvios (aunque no por eso menos graciosos) y varios números musicales se apilan a lo largo de una narración que busca alejarse un poco del clasicismo, con breves clips que arremeten con la pirotecnia audiovisual acostumbrada por buena parte de las series animadas contemporáneas.
Lego Ninjago: la película es tan efectiva y efímera como sus predecesoras y, como un juguete en tiempos digitales, entretiene un rato a cualquiera con ganas de divertirse antes de pasar a otra cosa más interesante.