Luego del éxito de La gran aventura Lego y de Lego Batman, la película, Charlie Bean, Bob Logan y Paul Fisher vuelven a darle vida a los muñecos, esta vez con Lego Ninjago: la película.
En esta ocasión la trama nos sitúa en la Ciudad Ninjago, un lugar que es constantemente amenazado por el malvado Garmadon. Lloyd -un joven de 16 años poco tenido en cuenta socialmente y que oculta una personalidad secreta-, intentará, junto a su grupo de amigos, proteger a la ciudad de los malvados planes del villano, quien además resulta ser su padre.
La historia peca por su simplicidad: un hijo (héroe) lucha contra su padre (villano), quien hará lo posible para que se pase al lado oscuro. La relación entre héroe-villano/padre-hijo abusa tanto de cada tópico habido y por haber que es imposible empatizar y generar algún tipo de conexión emocional con estos dos protagonistas.
El poco desarrollo que tienen los personajes secundarios también es otro punto flojo del film. Los otros ninjas sólo parecen estar para generar alguna que otra situación cómica pero, más allá de eso, aportan poco y nada a la trama. Lo único que llegamos a conocer de ellos son sus nombres, ¿sus motivaciones? Vaya uno a saber.
Como suele ocurrir cada vez que se intenta sacar el mayor provecho a una franquicia, Lego Ninjago: la película no está a la altura de sus predecesoras. Mientras que La gran aventura Lego contaba con una trama que hacía referencias claras a temáticas más profundas como el consumismo, Lego Batman, la película logró destacar por su humor infantil pero con claros guiños hacia los adultos. En esta oportunidad, la unión Lego-Warner presenta una historia netamente infantil.