La epopeya del tren que llegaba al fin del mundo se revive en esta producción que trasciende la anécdota y el archivo para convertirse en una muestra más de aquello que el hombre se propone a pesar de las trabas y obstáculos que puedan aparecerle. Sebastián Deus logra, con equilibrio, contar en la historia del tren, la historia del progreso y el avance tecnológico por encima de otras cuestiones.
Haciendo un recorrido geográfico histórico por la región más sureña del país, "Leyendas del tren patagónico", de Sebastian Deus, es un poético documental sobre la ausencia y las historias a descubrir. Quizás por ser un territorio inmenso y poco poblado; quizás por poseer tierras que fueron anexadas posteriormente a la República; quizás por ser la región en la que mayor concentración de cultura originaria persiste; la Patagonia pareciera ser una tierra plagada de misterios. Su iconografía inmediatamente nos lleva a una suerte de limbo en la que el pasado y el presente se confunden, y lo que abundan son las grandes extensiones áridas. También es cierto que gracias a las sucesivas inmigraciones, hay un cierto aire extranjero y de delimitación difusa. Todo esto lo veremos en "Leyendas del tren patagónico". Tercer documental de Sebastián Deus, el mismo de "Por el camino de Modesto" y "TV Utopía"; y si bien no guarda grandes relaciones con ninguno de los dos, es algo más cercano al primero. Bailey Willis es un reconocido geólogo norteamericano, que entre 1910 y 1914 vivió en la Patagonia contratado por el gobierno para analizar la hidrología de la zona que permitiría la construcción del Ferrocarril Nahuel Huapi que uniría ambos océanos. Su trabajo, presentado en 1914, llamado El norte de la Patagonia, proponía la desarrollista idea de crear un polo industrial en la zona. En 1934, finalmente se concretó la construcción del ferrocarril que va de Viedma a Bariloche, y que se transformó a sí mismo en un ícono y atractivo turístico de la zona. Tal como hizo en Por el camino de Modesto, pero de modo menos personal, Deus reconstruye el viaje de Willis, o mejor dicho, lleva a otro investigador por un viaje sobre el tren de marras. Esa “excusa” le servirá para descubrir y presentarnos diferentes historias que rodean la zona para correr algo del halo misterioso que la envuelve. Cargado de los escritos de Willis, este investigados se adentra en el recorrido que hizo aquel por la hidrología, solo que ahora arriba del tren soñado ¿Qué cambió, qué perdura? La cultura de pueblos originarios atraviesa, mezclado con el espíritu gauchesco. Allí aparece la figura de Bernabé Lucero, y una leyenda que tiene que ver con la extraña zona de Bajos del Gualicho, y La cueva del Diablo, o La Salamanca, que se encuentran ahí mismo. Deus realiza un documental sobre exploradores, y él mismo se convierte en uno. Con una cámara curiosa, a la vez que contemplativa. En su corta duración, Deus se posa en la fotografía natural del lugar, se limita a posar la cámara, y buscar el ángulo para que la poesía fluya. Hay silencios, pausas y quietudes, porque claramente el ritmo y el movimiento intenso no pertenecen ahí. El realizador construyó un documental pequeño, para nada ambicioso, que respira mucho de la cultura originaria Tehuelche, e indaga también sobre quienes vinieron con otras ideas de progreso. Quizás sirva como un trabajo de aporte turístico, pero la solvencia y talento del director, es lo que lo eleva como un material de importante peso cinematográfico. "Leyendas del tren patagónico" enamora, nos hace parte, e invita a seguir viajando.
Naturaleza honesta Interesante manera de revelar los mitos de nuestra meseta patagónica, a través de leyendas que continúan vivas, transformando este inhóspito lugar en un enigma que pareciera conectado a una misteriosa percepción. Leyendas del Tren Patagónico (2018), es un documental que narra la experiencia del explorador y geólogo norteamericano Bailey Willis durante su viaje a través del desierto, a principios del siglo XX. Éste fue convocado por el gobierno argentino para proyectar la construcción de un ferrocarril que uniría el Océano Atlántico con el Pacifico. El tren comenzó a construirse en 1910, inaugurándose en 1934; su recorrido comienza en la ciudad de Viedma para finalizar en Bariloche. Pasados cien años, un explorador emprende el mismo camino de Willis, esta vez ya a bordo del tren, guiado por sus escritos, siguiendo un antiguo camino aborigen y atravesando los márgenes del Río Negro. Esto nos llevará a descubrir el trasfondo de la historia de Bernabé Lucero, el “Gran Bajo del Gualicho”, “La Salamanca” y la “Cueva del Diablo”. El destacado trabajo del director Sebastián Deus, presenta con naturalidad al paisaje y la majestuosidad del camino. Recorremos la senda de los antiguos tehuelches y mapuches, llegando a lugares que aún encierran atractivas historias. La fotografía, planos, tomas, fundidos y manejo del silencio son muy acertados y logra incluirnos desde su punto de vista. Es aquí cuando nos encontramos con un muy buen ejemplo de coherencia y delicadeza en la forma de relatar, el qué y el cómo en armonía. “Agua, viento, nieve y sol me acunaron… agreste suelo sureño que abraza la eternidad… escenario de mi infancia, nací en tus brazos… llevo en mi alma la fragancia de la meseta mojada…” letras emotivas que se vuelven canción, recorren el silencio y cantan al fuego de las brasas junto a nosotros.
UN VIAJE AL CORAZÓN DE LA PATAGONIA DE HOY Y LAS CREENCIAS DEL AYER El realizador Sebastian de Deus se basa en un libro que encontraron un grupo de fanáticos del tren patagónico, que construyeron una maqueta espectacular. Se trata de un diario de viaje de Bailey Willis, el responsable de la traza del recorrido del mar hacia las montañas, y hacer ese recorrido con “la voz” de ese adelantado es la propuesta de este trabajo. Un camino por la solitaria Patagonia y cada una de las creencias populares que aun subsisten en pleno siglo XXI. Todavía se habla del diablo, de la Salamanca y especialmente ubican ese lugar en el “Bajo del Gualicho”, un océano seco ubicado a 72 kilómetros por debajo del nivel del mar. Tradiciones orales que despiertan ganas de explotación turística en un lugar bastante inhóspito. Un recorrido curioso, con un filme de factura tradicional.
Paisajes e historias Este documental de Sebastián Deus se centra en el Tren Patagónico, que une Viedma con Bariloche, intentando retratar su espíritu. Lo hace filmando el recorrido y acompañándolo con la lectura de los diarios de Bailey Willis, un explorador norteamericano, que fue contratado a principios del siglo XX para diseñar una línea ferroviaria que uniera los océanos Atlántico y Pacífico (objetivo que no se consiguió). Esto sumado al relato de las leyendas de los pueblos originarios hace que se abarquen en el film distintos aspectos interesantes de la historia, pero que quedan sin profundizarse. La fotografía aprovecha muy bien el paisaje y también el del propio tren y sus pasajeros, que despiertan ganas de saber más sobre ellos.
Por la estepa andina, siguiendo el trayecto Viedma-Bariloche, “Leyendas del tren patagónico”, de Sebastian Deus, amantes del tren y de esa tierra evocan los “casos” del gaucho Bernabé Lucero, los 200 soldados y el Bajo del Gualicho, refrescan la expedición del ingeniero Bailey Willis que abrió paso al ferrocarril, y nos recuerdan que desde entonces quedó por hacer otra historia, la del tramo que cruzaría las montañas hasta el Pacífico.
RELATOS QUE SE ESCAPAN El planteo de Leyendas del Tren Patagónico tenía potencial pero también riesgos, al utilizar como trampolín narrativo el diario de viaje de Bailey Willis, un explorador y geólogo estadounidense que a principios del Siglo XX recibió como encargo el diseñar una línea ferroviaria que fuera del Atlántico al Pacífico. Esa línea comenzó a construirse en 1910 y en 1934 se terminó el tramo que va de Viedma a Bariloche, aunque no se completó el trayecto correspondiente al cruce de la Cordillera y la salida al Pacífico. Lo que hace el film de Sebastián Deus (realizador también de Por el camino de Modesto, El retorno de Don Luis y TV Utopía) es combinar el documental con lo ficcional, apelando a una puesta en escena que trabaja lo subjetivo y observacional, sin dejar de lado la fascinación que estas historias ocultas pueden generar en grupos de historiadores aficionados o profesionales. Pero la apuesta de la película funciona a medias y solo en algunos pasajes, como si quisiera ser muchas cosas y no pudiera terminar de ser ninguna. En determinados momentos parece decidirse a ser una road movie marcada por la perspectiva individual; en otros un documental observacional sustentado en la contemplación del paisaje, las personas y los ritos que se van sucediendo; y hasta se permite coquetear con lo fantasmal o el poder de los mitos que inundan el territorio, incorporando elementos del western, aunque ninguna de estas vertientes llega a tener un peso decisivo, que incline al relato hacia una construcción narrativa consistente. De hecho, Leyendas del Tren Patagónico pareciera estar buscando su propia historia e identidad en ese viaje en tren, queriendo convertir el pasado en presente, pero esa búsqueda histórica, narrativa y hasta mítica se va revelando infructuosa. Incluso el film, a pesar de su corta duración, termina aburriendo a partir de un ritmo cansino, donde lo contemplativo se convierte en un gesto un tanto perezoso. Quizás había muchas leyendas por contar, muchos personajes y situaciones por presentar, o faltó encontrar el cuento correcto, ese que atrapara al espectador y fuera el disparador para rastrear las huellas de un viaje que puede presumirse que fue apasionante. Sin embargo, en Leyendas del Tren Patagónico lo legendario, lo pasional, la aventura, no llegan a surgir en las dimensiones necesarias.
Mitos entre durmientes. Recuperar historia es también recuperar lugares, trazar puentes entre pasado y presente desde el pretexto de un viaje en tren por la Patagonia es el punto de partida de este documental de Sebastián Deus, Leyendas del tren Patagónico. Como indica su nombre, las leyendas de los pueblo originarios ocupan gran parte del relato en el que la voz en off rememora el pensamiento de principios de siglo y la idea de progreso reinante en las mentes de quienes gobernaban en ese momento el país. Apostar al desarrollo de la Patagonia y cumplir el sueño de unir a través del tren el Atlántico con el Pacífico. Para ello, los servicios de un geólogo norteamericano Bailey Willis y su experiencia de recorrer esa Patagonia inhóspita, habitada por Tehuelches y Araucanos para dar un informe pormenorizado del territorio, el suelo y los problemas con el abastecimiento del agua. En 1934 el sueño acaba y paulatinamente la idea del progreso se disuelve con el viento de la historia ya conocida por todos. Sin embargo, las leyendas como las de el Gran Bajo del Gualicho y su gente prevalecen y esperan que alguien las escuche como ese tren que llega a una estación y arrastra el mito entre durmientes. Leyendas del tren Patagónico transita por los andariveles del documental convencional aunque se despega cuando desde su propia búsqueda genera por un lado una empatía con el paisaje, el misterio y por otro por esa nostalgia que siempre llega cuando el pasado irrumpe con la fuerza de la esperanza.