Liga de la Justicia: “Volvamos a esos días felices en los que había héroes”.
– Le falle en vida, no le fallaré en la muerte. Ayúdame a encontrar otros como tú.
– Tal vez no quieren que los encuentren.
– Verás que sí, y pelearán, tenemos que estar unidos.
Batman v. Superman: Dawn of Justice (2016)
Después del desastre que fue para la critica en general el Batman v. Superman: Dawn of Justice (2016), en la que no estamos de acuerdo aunque admitimos varios errores, pocos esperaban una reivindicación del universo cinemático DC creado por Zack Snyder y David S. Goyer. Era más escuchado el lamento que el acierto de esta propuesta, que a nosotros siempre se nos antojó arriesgada y en búsqueda de su propio tono. La salida intempestiva de Snyder a último momento por verdaderos problemas personales y la llegada de Joss Whedon (creador de la imagen que hasta hoy cultiva Marvel en sus producciones cinematográficas que inició con The Avengers en 2012) trajo también cierto alivio en los seguidores de las aventuras de encapotados en general. ¿Cual es la critica más escuchada al respecto de esta saga DeCeista? La falta de humor, el oscurantismo y lo retorcido de sus personajes, la visión pesimista de los héroes que parecía más parafrasear a Nietzsche con su “El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre — una cuerda sobre un abismo”, que al espíritu que le impregnaran sus creadores y posteriores guionistas y dibujantes.
Sí, es verdad, el retrato era mucho más adulto y se alejaba del Boy Scout de Superman, casi relacionándolo con el proceso que siempre había cubierto Batman, el pesimismo sobre el futuro de la sociedad, la delincuencia y nuestra siempre vigente inclinación a las sombras. Pero ahora y vista esta nueva entrega se antoja necesaria para comprender a donde querían llegar con los personajes. Las manos de Chris Terrio, guionista de la saga, en colaboración con Whedon hacia el final, supieron hacer de eso un excelente trampolín para lanzar a los personajes a una aventura donde su lucha sin cuartel se torna menos agoguera. Ahora existe la esperanza, fundada en el sacrificio de Kal-El. Una que toma Bruce Wayne como estandarte. El viejo rezongón vuelve a creer. El film inicia con una secuencia que se columpia entre lo tierno y lo nostálgico, el hombre de acero siendo entrevistado por dos pequeños, visto a través del lente de una cámara de celular. La última pregunta es el disparador para lo que vendrá. ¿Que es lo que más te gusta de la tierra?
Para saltar, luego a una secuencia de duelo por la desaparición del superhombre al ritmo de Everybody Knows versionado por Sigrid, en la que veremos como continua un mundo sin él. No muy distinto al nuestro, claro, pero haciendo referencia a la falta de esperanzas, una que Kal-El ha representado para todos. El pordiosero borracho en la calle, con un cartel que reza “lo intenté” es demoledor. Pero realizado con el ritmo exacto para no sumirnos en la melancolía. Porque inmediatamente pasamos a Batman que lleva a cabo una investigación persiguiendo a uno de los acólitos del villano, un Parademonio. Todo parece indicar que van detrás de las famosas Mother Box, de las que tuvimos un vistazo en BvS. Y de ahí a la esplendida Diana Prince, esa Gal Gadot que da todo, y su enfrentamiento a un grupo terrorista radical, en la que hará gala de ese particular estilo de lucha, secuencia en la que aparece, para nuestra sorpresa un siempre eficiente Michael McElhatton (Roose Bolton de Game of Thrones). Entonces escuchará por primera vez sobre la venida del fin del mundo.
Wonder Woman irá tras Batman para indagar más sobre lo planteado, dando comienzo a la aventura. Por un lado la búsqueda de aquellos que compartirán la carga de salvar al mundo de lo que se avecina y por el otro, la historia detrás de esos eventos. Así sabremos sobre la guerra contra Steppenwolf en la antigüedad librada por atlantes, amazonas y hombres. Recorreremos el universo DC, veremos algunos fanservice en forma de cameos y reuniremos a la liga. Uno de los aciertos de este film es que no se anduvo con ambages a la hora de encarar el conflicto, sin dilatarlo más de lo necesario, apresurando la presentación de los nuevos personajes, dándonos la oportunidad de conocerlos por sus acciones más que sus historias. Es la de Cyborg la que puede que haga agua por algunos lugares, pero compensan con un Barry Allen/The Flash, ejecutado por un jocoso Ezra Miller, su contrapunto exacto. Tiene el tan esperado humor, pero en la dosis necesaria que equilibra con la acción y el drama. Siendo Alfred, un estoico y bucólico Jeremy Irons, el que posee muchas de las mejores lineas para esa comicidad que intenta hacernos reír con casuales comentarios, más que con escenas de corte slapstick. Aquaman y el lazo también es un buen ejemplo.
Las secuencias de batallas son la grandes protagonistas de esta película,como lo fueran en las anteriores, pero esta vez con el suficiente respiro para que el publico tenga tiempo de emocionarse con ellas, saborearlas. Es en la aparición del hombre de acero, no podemos dilatar más esto, que veremos por fin conformada esa liga que tanto nos hizo soñar de niños. Y ver por fin al que evoca la tan mentada esperanza, porque es lo que siempre caracterizó a Superman, su sentido del honor, si, pero por sobre todo su fe en nosotros, su inabarcable esperanza en que juntos podemos mejorar el chiquero en el que vivimos. Verlo sonreír, luego de que comprende lo que sucede es maravilloso, es un amanecer en esta saga. Pero tampoco se privará de enojarse, con esa increíble secuencia de su despertar, puro oro. A pesar de la cantidad de personajes, supieron darles el lugar y el tiempo exacto para no aburrirnos o desorientarnos, los amalgamaron alrededor de personajes como Martha Kent, Henry Allen, Lois Lane, la hoy futura reina Mera y el impostergable comisionado Gordon entre otros, para crear una realidad tangible de este universo que no para de expandirse.
En fin, estamos ante un espectáculo entretenido con dosis equilibradas de humor, acción y drama, en la que lejos de tomarse con liviandad a los personajes a creado escenarios para una verdadera y prospera dispersión del universo DC. Sí, claramente pudo ser mejor, todo puede mejorarse, pero eso no le quita el merito de su búsqueda de identidad propia, de equilibrio en una historia que reúna a chicos y grandes en una fiesta de vuelos, trompadas y acciones nobles. De maduración y compromiso y por sobre todo de pasarla bien viendo una peli de superhéroes. Quédense para las dos escenas post-créditos hasta el último minuto, no se arrepentirán. Y para deleite de todos el soundtrack del inigualable Danny Elfman, tiene más de una sorpresa nostálgica que nos hará arrancar un par de exclamaciones. Estamos listos, es tiempo de unirnos a la liga.