Bajo las órdenes del gran Steven Spielberg, el actor británico Daniel Day Lewis se pone en la piel de Abraham Lincoln en esta superproducción cinematografica nominada a 12 premios Oscar y que se centra en los últimos cuatro meses de vida y gobernación del décimo sexto presidente de los Estados Unidos.
Basada -en parte- en el libro "Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln" de la autora ganadora del premio Pulitzer, Doris Kearns Goodwin, este drama biográfico brinda un análisis íntimo de los momentos más reveladores del líder estadounidense haciendo foco en sus efuerzos por conseguir que la Cámara de Representantes aprobara, en Enero de 1865, la 13ra. Enmienda a la Constitución que finalmente abolió la esclavitud.
Con la Guerra Civil (o de Secesión) como telón de fondo, el director de "E.T" retrata a un Lincoln calmo que empleó todas sus habilidades políticas y conocimiento de las leyes para lograr su objetivo.
A lo largo de las casi 3 horas de metraje, la película nos muestra el arduo trabajo de este genio político, visionario y narrador de historias que estaba determinado (entre medio de internas del partido republicano y luchas por conseguir unos cuantos votos demócratas), a dar por finalizado el conflicto bélico que dividió a una nación y cuyo origen fueron las disputas por la cuestión de la igualdad racial.
Durante ese mismo tiempo, Lincoln debió lidiar con conflictos familiares, por lo que el film también dedica varias secuencias a este plano. Su vida junto a su esposa Mary Todd (Sally Field), una mujer cuestionada por malgastar parte de la recaudación pública en la remodelación de una deteriorada Casa Blanca, estuvo marcada por la tragedia, ya que su segundo hijo Edward había fallecido a la edad de 4 años. Además, tuvo que enfrentarse a los deseos de su hijo Robert (papel a cargo de Joseph Gordon-Levitt) de enlistarse en el ejército y a las objeciones altamente emocionales de Mary a dichos planes.
A pesar que la película está muy pero bien lograda técnicamente (realmente los realizadores han logrado transportarnos excelentemente a esa época), el relato decae en varias ocasiones debido a su extensión y a sus diálogos políticos densos. En cuanto al desempeño actoral, Daniel Day Lewis nos brinda una genial interpretación con sabor a Oscar al darle vida a un estadista moral como pocos... o casi ninguno.