Un feliz mundo de comida
Sumergirse en un mundo de alimentos vivientes bajo la melodía de Paul McCartney suena altamente atrapante y más, si forma parte de un plan para salvar al mundo que, casualmente, está siendo destruido por hamburguesas gigantes. Bajo esa premisa, los amigables personajes Flint y Sam emprenden una aventura junto a sus amigos para recuperar su isla que corre peligro.
Se trata de la secuela de "Lluvia de hamburguesas", que en 2009 fue todo un éxito y cuya segunda parte no decepciona en absoluto. Resulta que la gran máquina que inventó Flint llamada Súper Duplicador de Comida Dinámico Mutante Diatómico está fuera de control y no para de crear comida. Alarmados por la cantidad de hamburguesas, frutas, verduras, tortas e infinidad de comestibles, este grupo de amigos tiene que ir a salvar la isla que los vio crecer. Pero no será fácil, ya que allí estará el maligno inventor Chester, que tiene un plan secreto para perjudicar a Flint.
De esta manera, la película propone 95 minutos de pura diversión, aventuras y moralejas sobre la amistad y la valoración de la naturaleza. La colorida estética y la calidad de imagen, sumado a las exóticas criaturas -mitad comida y mitad animal- que habitan en este ecosistema de alimentos vivientes logran una muy buena producción para disfrutar en familia. ¿El broche de oro? La música de Paul McCartney le imprime magia y rock a este simpático film.