Contra el pasado
El cine argentino parece estar reclamando su derecho de pertenencia en un género que le ha dado muchas gratificaciones a los que miran el espectáculo como un trabajo, como un negocio, como una forma de vida. En el año que termina se vieron unos cuantos filmes nacionales en la temática, algunos de los cuales con muy buena recepción del público, como por ejemplo la lograda Sudor frío.
Pero lamentablemente esta primavera no parece haber sido suficiente para levantar la cortina de hierro que los distribuidores y exhibidores suelen colocar delante del cine argentino o poco comercial. En realidad, estrenar a esta altura del año, con los tanques navideños del cine atropellando todo, no es un buen trato para sus autores, pero es la única alternativa que suelen darles a los realizadores nuevos y a sus productos, a menos que debuten con una obra maestra (caso raro), y a veces ni siquiera así.
Lo que queda tristemente claro es que crecer poco a poco, haciendo, equivocándose, aprendiendo, es una oportunidad que muy pocos tienen.
Lo siniestro es una película rodada en 2009, de corte independiente, en el sentido técnico e incluso estilístico (últimamente convertido en moda por Hollywood), pero que trata de entrar en las convenciones del género para cumplir su cometido: estremecer.
Hay una mujer, enfermera, con una mala relación de pareja. Una madre misteriosa. Las cartas de un abuelo moribundo llegadas desde la costa atlántica. Un viaje. Una pesada situación de la infancia que continúa abierta. Y por supuesto climas y más climas donde se confabulan algunos de los componentes típicos del terror: la muerte, la culpa, el sufrimiento, la locura, la pasión.
Las palmas de la realización se las lleva, sin duda, la música, seguida de la fotografía y la ambientación. Héctor Cristofanetti y Alejandro Kainer son los musicalizadores. Para tenerlos en cuenta. Entre lo más flojo, la falta de una mayor coherencia al contar el cuento, y de hacerlo con unos grados más de magnetismo.