Tres horas que no se sienten. “Los 8 más odiados” es una película muy violenta, fiel a su estilo, Tarantino se supera a sí mismo. Lo que los fans esperaban.
Al comienzo los paisajes llenan la pantalla grande, filmada en 70mm, un deleite visual. Puro Western. Doble mérito del director que escribe y dirige esta nueva película que comienza pocos años después de la Guerra de Secesión, en donde se ve que una diligencia avanza a toda velocidad por el nevado paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar rápidamente al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido en cazarrecompensas de mala reputación, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado sureño que afirma ser el nuevo sheriff del pueblo. Cuando llegan se refugian en la Mercería de Minnie, una parada para diligencias de un puerto de montaña y se topan con cuatro rostros desconocidos: Bob (Demian Bichir), que se encuentra allí refugiado junto con Oswaldo Mobray (Tim Roth), verdugo de Red Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen) y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern).
Puertas adentro podría ser una obra de teatro increíble, con mucha sangre. Hay escenas memorables con grandes diálogos, y mucho humor, gags, ironías e indirectas sobre el pasado, presente y futuro. La violencia extrema es la protagonista, muy buen manejo del suspenso durante tres horas. Resulta un poco molesto cuando golpean y maltratan (una y otra vez) a Jennifer Jason Leigh, (una actriz que perturba en escena, personalmente no me gustaba verla en ese papel…)
Sobresaliente actuación de Samuel L Jackson, también un placer ver a Kurt Russell, Tim Roth y Channing Tatum que se lucen en sus increíbles personajes (cualquier actor mataría por esos papeles)