Terror psicológico y con mesura
El filme comienza con una cita del famoso escritor de ciencia ficción Arthur Clarke que dice: "Existen dos posibilidades: que estemos solos en el universo o que no estemos solos. Cualquiera es aterradora".
Los protagonistas de esta historia de terror psicológico es el matrimonio integrado por Daniel y Lacy Barrett, y sus hijos Jesse y Sammy. Son de clase media, habitan una casa de dos plantas y están atravesando una situación económica difícil. Daniel está sin trabajo.
Súbitamente descubren fenómenos extraños en la casa, que prima facie carecen de explicación. Sammy, el más chico de los hijos, comienza a hablar de "El hombre de los sueños" y Lacy sufre pesadillas.
Colocan alarmas y cámaras de seguridad, descubren manchas en sus cuerpos e inclusive detectan, de noche, figuras que desaparecen misteriosamente al encender las luces.
Vencido por las "evidencias", Daniel acepta acudir a un especialista en temas paranormales llamado Edwin Pollard, quien les explica que podría tratarse de extraterrestres. También les aclara que hay tres clases de alienígenas y que los más frecuentes son los "Grises", que buscan abducir a las personas con las que primero tomaron contacto.
Pollard destaca la importancia de conservar a cualquier precio la unión de la familia y les señala que "la existencia de los alienígenas es tan cierta como la muerte y los impuestos". Y la corrupción, se podría agregar.
La historia se desarrolla sobre estos tópicos, ya tratados hasta el hartazgo en infinidad de filmes. Por la misma razón, la originalidad es el valor ausente de esta propuesta fílmica.
Cabe agradecer al director Scott Stewart (Legión de ángeles) que no haya recurrido a los habituales borbotones de sangre o el cercenamiento de miembros, como ocurre en tanto cine de horror. Prefiere el terror psicológico, la sugerencia y el efecto emocional derivado del saber que podemos ser manipulados por invasores invisibles.
También apela a guiños cinéfilos, como las marcas y mensajes que aparecen en Señales, de M. Night Shyamalan; o la invasión de pájaros como en el filme de Hitchcock, que se estrellan contra las ventanas de la casa de los Barrett, como ocurría en El conjuro, de James Wan.
Nadie aporta una explicación sobre por qué los Barrett son los "elegidos" por los supuestos extraterrestres y esto incrementa la inquietud. Además es algo que, según Pollard, le puede suceder a cualquier familia.
Y por aquí se cuela lo terrorífico de la advertencia de Clarke, que el director de este filme supo manejar con cierta habilidad, mesura y recursos narrativos, al igual que el suspenso y la tensión creciente de los protagonistas.