El mal timing de Alex y Rosie
Siguiendo con la movida de adaptaciones de best sellers, ahora llega Los imprevistos del amor (Love, Rosie, 2014), de la novela llamada originalmente Donde termina el arcoiris y escrita por la irlandesa Cecilia Ahern, también creadora de la reconocida Posdata te amo, llevada a la pantalla grande en el año 2007.
Rosie (Lily Collins) y Alex (Sam Claflin), son mejores amigos desde que tienen doce años. Juntos compartieron la escuela, sus secretos más íntimos y espacios de juego y aventuras, pero cuando toman la decisión de irse juntos a la Universidad, sus planes se verán frustrados por un cambio repentino en la vida de Rosie. Desde Cuando Harry conoció a Sally (When Harry Met Sally, 1989), hasta las más recientes Amigos con derechos (No Strings Attached, 2011), Siempre el mismo día (One day, 2011), o Sólo amigos? (What If, 2013), la amistad que deriva en amor encarna una de las temáticas preferidas a abordar por las comedias románticas.
Los imprevistos del amor elige mostrarnos la vida de los protagonistas cada cinco años. A través de estas elipsis, el espectador descubre el desarrollo de los personajes, principalmente desde lo sentimental, y los desencuentros de esta pareja que tiene -como siempre suele ocurrir- el peor de los timings. Los actores en ascenso, Lily Collins y Sam Claflin, consiguen otorgarle naturalidad a Alex y Rosie, y se logra generar cierta química de un modo intimista, muchas veces inexistente en otros films del estilo, siempre manteniendo la ingenuidad que caracteriza su relación.
Desafortunadamente, este realismo conseguido por la pareja protagonista, se contradice con la tendencia que posee el guión de irse hacia los extremos, y esto lo vemos desde hechos más sutiles como cuando aparece una ex novia de Alex en la portada de una revista en el rol de top model, hasta hechos más grotescos: Rosie mantiene a una hija de doce con sueldo de recepcionista y cinco años después está abriendo su propio hotel a orillas del mar. Está dinámica de “extremos” se mantiene durante toda la película, y busca ser justificada únicamente por el paso del tiempo. Quizás, si el tono de la misma fuera para el lado de la comedia absurda, no haría tanto ruido, pero al querer conseguir generar un tono más bien realista, descoloca al espectador por completo.
Durante estos años en donde la distancia separa a nuestros enamorados, aparecen algunos candidatos, que encarnan a la perfección el lema de “mejor solo que mal acompañado”: las de él son frívolas, superficiales e infieles. Los de ella: machistas, superficiales y por supuesto… infieles. Tal estereotipo resulta un acto perezoso del guión para que la línea narrativa lleve inevitablemente a los personajes a descubrir el amor que sienten el uno por el otro. En [#Pelicula,1641 por otro lado, las parejas que Anne Hathaway y Jim Sturgess encuentran a lo largo de los años, se alejan de estereotipos haciendo más enriquecedora y compleja la forma en la que finalmente terminan juntos.
Los imprevistos del amor, podría haberse destacado de otras comedias románticas de mejores amigos que se enamoran -o que en realidad siempre estuvieron enamorados-, ya que contaba con los elementos para hacerlo, (de hecho los primeros veinte minutos del film parecen muy prometedores), pero con el paso de los tiempo se convierte en otra del montón con algunos condimentos de melodrama.