Ya se sabe: cuando un libro se convierte en best seller, inevitablemente es adaptado al cine. Si se trata de una saga o trilogía orientada al público juvenil, más razones tienen los ejecutivos de los estudios a la hora de invertir sus billetes. A veces les sale bien, otras no. La saga de Harry Potter enloqueció al público y se ganó el respeto de la crítica. Las películas de Crepúsculo recaudan millones pero no entusiasman a la crítica. Y otras sagas literarias mordieron el polvo y ni siquiera pasaron de la primera película.