El testimonio de los mártires.
¿Quién hubiese dicho que una de las mejores adaptaciones cinematográficas de la mítica novela de Victor Hugo sería un musical? Desde ya que cuesta creerlo pero es cierto, apreciación coyuntural que se aplica tanto a los fanáticos del género como a sus detractores. El “secreto” detrás de Los Miserables (Les Misérables, 2012), ese recurso capaz de despertar la adhesión que viene cosechando a nivel internacional, radica principalmente en la “fastuosidad” de las emociones concentradas en el material de origen y la destreza del film en cuestión para explotarlas según su conveniencia. Por una vez una realización mainstream logra empardar el apartado técnico con la gloriosa dimensión del contenido...