Escrita, dirigida y producida por Juan Villegas, Los trabajos y los días es un documental sobre el trabajo que se hace en el Centro de Experimentación del Teatro Colón. Se estrena a través de Puentes de Cine.
El CETC es el Centro de Experimentación del Teatro Colón, creado por Sergio Renán bajo su administración y cuyo primer director fue Gerardo Gandini. En el subsuelo del mítico teatro se trabaja para promover la música contemporánea. En este documental, realizado por Juan Villegas, lo que hace su director es mostrar el detrás de escena, ya sea desde la gente que mueve equipos hasta los encargados de la parte administrativa que deben asegurarse de los instrumentos o conseguir reposeras o almohadones para el público. Gente que le pone el cuerpo, el tiempo y las ganas para lograr una puesta musical que conmueva y cautive a sus oyentes. Y el documental lo hace desde un costado observacional, espiando, a veces desde algún rincón, cómo se mueve esta gente. Todo esto mientras se llevan a cabo los preparativos para el concierto In nomine lucis.
A través de algunos testimonios en voz en off, puestos de una manera que a veces es difícil identificar quién está hablando (están Beatriz Sarlo y Federico Monjeau), pero sólo durante unos pocos momentos y, sobre todo, mucha imagen del día a día, es que se construye Los trabajos y los días. Al menos hasta casi la mitad de la película, ya que después se enfoca en la puesta en sí, y nos hace sentir inmersos, ya sea a través de la imagen del público que, sentado sobre almohadones, disfruta de la música, o a través de la imagen de los mismos músicos y su director de orquesta. Esta última parte del film demuestra lo que el esfuerzo colectivo logra, al mismo tiempo que les permite incluso a sus propios laburantes relajar y disfrutar del espectáculo.
“En este teatro hay que controlar la ansiedad”, se dice en algún momento. El proyecto resultó la propuesta ganadora del concurso 25 años de creación en la categoría Historia del CETC y, sin dudas, su realizador logra el homenaje. Villegas consigue retratar tanto el trabajo físico como lo más burocrático, con todos sus contratiempos y hasta detalles, a simple vista, insignificantes como el tono exacto de las gelatinas que iluminarán parte del escenario, simplemente observando la cotidianeidad de este espacio de trabajo, que consigue ser íntimo sin necesidad de inmiscuirse demasiado. Y también se permite, junto a todos los demás, dejarse llevar por la música.
El documental, además, abre y cierra con fragmentos de Esas cuatro notas de Rafael Filippelli, donde se lo puede a ver a Gandini.
Los trabajos y los días es un documental bastante breve que muestra la cotidianeidad de este singular lugar de trabajo, a la vez que expone la necesidad de que existan estos espacios culturales. Villegas pone el foco en el trabajo y consigue homenajear, al mismo tiempo que demostrar lo que los esfuerzos colectivos pueden lograr.