¡Qué cagada escribir una crítica sobre una película doblada!
La noche anterior a la función de prensa un gran amigo y colega me avisó que la estaban proyectando al español y eso me predispuso muy mal a la experiencia, pero que Bobby y Peter Farrelly llevaran al cine al clásico terceto me generaba una expectativa imposible de resistir. ¿Entonces qué me pasó? Si bien por un lado la cuestión del doblaje me trasladó a mi infancia, cuando los veía por la tele al mediodía antes de Pepe Biondi, esto sólo corre para los personajes principales, Larry, Curly y Moe (Sean Hayes, Will Sasso y Chris Diamantopoulos respectivamente) cuyas voces dobladas me generaron esa melancolía; por el otro necesité oír la voz original de Larry David (en el papel de la Hermana Mary-Mengele) o de Jane Lynch (como la Madre Superiora) a quienes nunca escuché doblados y que tienen un fantástico “decir” para la comedia. Ni contar los chistes que se pierden al ser trastocados por cuestiones idiomáticas. Ahora lo positivo: me divertí muchísimo pese a todo (aunque no recomiendo verla de otra forma que no sea en su idioma original)...