La ópera prima de Nicolás Puenzo, Los Últimos, explora un presente distópico post-apocalíptico sobre la guerra por un recurso natural… el agua. La historia acompaña a una pareja de refugiados compuesta por Pedro (Peter Lanzani) y Yaku (Juana Burga en su primer trabajo como actriz) huyendo de su destino, supuestamente prescrito y tratando de encontrar un futuro mejor. El camino no va a ser fácil y en él conocerán a una extensa lista de personajes que ayudarán (o no) a lograr el objetivo de esta joven pareja. Los Últimos se expresa en el redescubrimiento personal y búsqueda de paz interior; tal vez por eso la película utiliza el mito del “Uróboros” -la serpiente que muerde su propia cola- para explicar un ciclo eterno de cambios.
La obra de Puenzo trae de recuerdo a producciones australianas. Mad Max (1979) de George Miller y The Rover (2014) de David Michôd son contundentes ejemplos de influencia en este film -el propio director confirmó justamente esto en la conferencia-. Desde ya no nos vamos a encontrar a pandillas motorizadas cuyo líder tiene un nombre épico que va con su personalidad, pero podemos prevenir que el film es una etapa previa al caos; una introducción al verdadero clímax de destrucción global en el que las vida simplemente es un obstáculo del poder.
Hay que destacar que las actuaciones son un pilar. Peter Lanzani, Juana Burga y Germán Palacios se alzan como los talentos principales, no obstante, ellos sirven de nexo para cada comienzo y final de actos. Lanzani se encarga de introducir la historia como un individuo de pocas palabras y grandes sueños; Palacios busca la redención y pone intensidad en el nudo de la historia; y por último pero absolutamente no menos importante, la joven Juana Burga se adueña de la totalidad de la pantalla en el desenlace.
Destaco y defiendo el trabajo de Burga, ya que para ser su primer experiencia en un largometraje la hermosa modelo peruana se defiende con total naturalidad y trasparencia, su nacionalidad definitivamente agrega un aspecto positivo a la construcción de su personaje y sin dudas estamos ante un nuevo gran talento actoral. En roles secundarios y a suerte de cameos, Natalia Oreiro, Alejandro Awada y Luis Machín cumplen correctamente sus papeles.
A pesar de poseer grandes actuaciones y una dirección que comunica acertadamente toda acción, Los Últimos dispersa al público con un guión flojo. Esto es una sorpresa ya que tenemos a talentos experimentados como el de Lucía Puenzo, Nicolás Puenzo y, claro, Luis Puenzo, quienes tienen para hablar de sobra entre Cromo (2015), XXY (2007) y La Historia Oficial (1985), entre otros proyectos… pero en esta película falla la comunicación. El espectador espera y recibe poca información sobre los hechos y motivos de los personajes; tenemos una leve idea de qué es lo que individualmente busca cada uno, pero no lo terminamos de deducir. Todo esto es una lástima ya que por ejemplo distinguimos a los villanos simplemente por su dialecto y no tanto por sus acciones; la confusión es abrumadora.
En resumen: la ópera prima de Nicolás Puenzo se disfruta por sus actuaciones y gran elenco, su dirección y anteriormente evitada pero no olvidada, hermosa fotografía (también en manos de Nicolás); el guión desafortunadamente no está a la altura del talento presente, pero si bien su fallo es considerable, no arruina la experiencia.