Los últimos, la ópera prima de Nicolás Puenzo, escrita junto a su hermana Lucía, es un drama sobre un cercano futuro distópico.
“¿No será esta la guerra? Que nos saquen el agua, que nos lleven el cobre, el cinc, el plomo. Que los aviones que tiraban comida tiren bombas”. En la primera película que dirige Nicolás Puenzo decide retratar un futuro no tan lejano, en el que la guerra se lleva a cabo por algo tan básico y vital como el agua. Enfocada principalmente en tres personajes, una pareja de refugiados y un periodista que de a poco va encontrando su misión junto a ellos.
Yaku y Pedro deciden escapar a una vida mejor para el hijo que está en camino. Pero el recorrido está plagado de peligros y en el medio se cruzan con Ruíz, un fotógrafo que de a poco comienza a sentirse afectado por estos jóvenes y decide ayudarlos, dejando de lado su cómoda y pasiva posición.
Peter Lanzani y la modelo devenida en actriz Juana Burga en su debut cinematográfico dan vida a la pareja mientras Germán Palacios es quien interpreta al periodista. En el medio, las participaciones de Natalia Oreiro, Alejandro Awada y Luis Machín, entre otros, terminan de completar el elenco que se destaca, principalmente, por la solidez y lo parejo de las interpretaciones.
La fotografía es muy cuidada y sabe aprovechar los desérticos escenarios que terminan convirtiéndose en un personaje más.
Puenzo construye su película a su tiempo, de manera lenta para describir situaciones y sensaciones y conocer un poco más a estos personajes. En su segunda mitad, los protagonistas se enfrentan con situaciones más específicas y la tensión crece. Sin embargo su hincapié por dejar mensaje es menos sutil de lo que uno quisiera.
Los últimos es la historia de una travesía, de las ganas de vivir en una época en la que ya no parece haber mucho por qué vivir, de la esperanza como motor. Es un viaje algo circular también, porque en algún momento termina algo y empieza otra cosa, mientras Pedro viaja con la foto de su padre esperando poder entregársela.