“Luchando con mi familia” es el título real y metafórico de la película producida por Dwayne Johnson, más conocido como “la Roca”. Con pocas pero contundentes apariciones en la pantalla, como siempre, el actor productor se luce. Si bien es una historia inspiracional para el deporte de la lucha libre es también la metáfora de cómo lograr un sueño con la familia o a pesar de ella. Con el plus agregado de que la protagonista es femenina. Rara vez se habla de las mujeres en este tipo de deportes, lo hizo antes y con el boxeo no con la lucha libre: “Millon Dólar Baby” y era un drama, en este caso es una comedia y es lucha libre.
Uno de los temas que trata la cinta es universal, porque al decir de la propia “Roca”, siempre hay un poco de locura en nuestras familias, por ende: es imposible no identificarse y la diferencia es que la lucha es real. Una comedia ocurrente y emotiva que puede hacer que el espectador en algunos momentos quiera ponerse de pie y alentar a la luchadora que busca su lugar en el mundo del deporte y fuera de él. Escrita y dirigida por Stephen Mercachant, el guión tendrá la virtud de hacer al público cómplice. Tanto que lo hará participe como si fuera protagonista o actor de reparto, como si estuviera dentro del film.
Paige es una muchacha que soñaba con su hermano con las grandes ligas de lucha libre. Hija de una familia de luchadores. Los dos se presentan por una oportunidad pero solo ella será la elegida. De ahí en más todo puede ocurrir. Dramáticamente los padres, actores de reparto, son los que por momentos brillan y se roban parte del film. La protagonista es esa adolescente que, a pesar de ser hija de luchadores, comienza desde abajo y nada le es regalado.
Con un humor muy británico, humor negro y con doble sentido, que a pesar de seguir carriles convencionales, hace de la cinta un producto disfrutable y fácil de recomendar.
Siempre son necesarias las historias inspiradoras de deporte. Permiten vislumbrar motivación para ir contra las circunstancias, la historia cumple y no cae en el montón, el humor británico y el doble sentido hacen de esta película una historia fresca y es bueno que aporte una protagonista femenina.