“He estado deprimida por 24 años”, dice Libby en el libro que escribió Gillian Flynn, la misma del best seller “Perdida” que David Fincher llevó al cine. Con tres thrillers cada uno muy interesante a su modo, lo curioso de “Lugares oscuros” es que la película fue realizada un poco antes que la tan popular “Perdida”. Pero recién ahora, de a poco, logra estrenarse en diferentes ciudades del mundo.
Protagonizada por Charlize Theron, actriz que ya demostró varias veces que no es sólo una cara bonita (y si quieren una prueba reciente pueden acudir a “Mad Max: Fury Road”), acá nos entrega una performance que, entre sus papeles, recuerda más que nada a la de “Young Adult” (la película dirigida por Diablo Cody). Pero mientras esa joven adulta que no lograba madurar comenzaba a tornarse cada vez un personaje más patético, acá, como Libby, tiene más razón para sentirse sola y triste: toda su familia fue asesinada cuando ella era sólo una niña y el único sobreviviente (además de ella, claro) es su hermano Ben, quien fue declarado como culpable y está en prisión y no ha vuelto a ver.
La historia de “Lugares oscuros” comienza cuando se juntan dos cosas para Libby: primero, el hecho de quedarse sin dinero, dinero que consiguió gracias a su fama como víctima, por lo que tiene que considerar trabajar por primera vez en su vida y, segundo, una llamada de un joven que forma parte de un extraño club, “The Kill Club”, que le ofrece dinero por hacer primero unas presentaciones y luego algo de investigación sobre el famoso asesinato de Kansas que tan famosa la hizo. Es acá que Charlize se reúne con Nicholas Hoult (trabajaron juntos en “Mad Max: Fury Road”), y que Libby decide seguirle la corriente a este club del cual forman parte unas personas que se entretienen jugando a ser detectives e investigando diferentes homicidios.
Más allá de que lo que acabo de contar suena un poco ridículo, Gillian Flynn entrega una novela oscura en la que de a poco va dejando entrever un oscuro relato que oscila entre el retrato de una familia de clase baja con el del hijo adolescente que comienza a introducirse en el satanismo. No obstante, esta película dirigida por Gilles Paquet-Brenner intenta bucear por los rincones oscuros de la vida de Libby y el resto de su familia, pero no logra generar ese horror que se palpita durante todo el relato literario, incluso apelando a una resolución que, por más que sea la misma del libro, acá se siente muy forzada.
Otro de los pormenores del film es la poca participación que se le da a lo que a simple vista podría haber entregado momentos muy interesantes, y tiene que ver con ese club de personajes extraños y fanáticos. Si bien son importantes, a lo largo del film es fácil olvidarse de ellos.
Mientras la participación de Chloe Moretz como Diondra no termina de funcionar, porque nunca se la siente cómoda en ese papel, la de Tye Sheridan como el joven Ben logra destacarse por sobre el resto. Charlize nunca falla, nunca se le puede criticar nada.
A la larga, “Lugares oscuros” es un thriller apenas correcto, el problema es que se termina pareciendo demasiado a un telefilm (de hecho hay más de drama que de thriller) y el uso de una banda sonora perezosa sólo intensifica esta sensación.