Desde el vamos, una familia siempre fue un formidable elemento de comedia. Ariel Winograd lo entendió desde su debut en Cara de Queso (2006). Mi Primera Boda (2011) y Sin Hijos (2015) son otros ejemplos muy evidentes, pero está presente en cada uno de los films que dirige. En ese sentido, Mamá se fue de Viaje (2017) bien califica como su opus magnum.
En esta oportunidad, la historia se centra en la familia Garbor, compuesta por Víctor (Diego Peretti), Vera (Carla Peterson), y los cuatro hijos de ambos: Bruno, Lara, Tato y Lolo, que van de los 14 a los 2 años. Víctor es gerente de una empresa, mientras que Vera ocupa el rol de ama de casa. Víctor piensa que Vera no se sacrifica demasiado, que sólo le alcanza con llevar a los chicos al colegio, darles de comer y un poco más. Tras este comentario, y agotada por la rutina, Vera decide irse diez días a su tan anhelado Machu Pichu. Víctor piensa que será pan comido reemplazarla, pero pronto descubre que hacerse cargo de la familia implica una gran responsabilidad y deberá hacer lo imposible por no quedar desbordado.
En sus películas anteriores, Winograd bebía más de cineastas como Judd Apatow, Greg Mottola y la Nueva Comedia Americana en general. Aquí se pueden apreciar influencias de más atrás, de nombres como John Hughes (sobre todo en su faceta de guionista) y Chris Columbus, de películas como Señor Mamá (Mr. Mom, 1983), con Michael Keaton, y Más Barato por Docena (Cheaper by the Dozen, 2003). Como suele ocurrir en esos casos, hay adultos civilizados que pierden el control y niños revoltosos que terminan comportándose con madurez, en un tour de aprendizaje para todas las partes. Pero, como a lo largo de su filmografía, Winograd evita caer en la copia barata, en el guiño, y le da personalidad propia al film, y lo hace con un nivel de producción que nada puede envidiarle a aquellos exponentes de Hollywood. Si bien la estructura es conocida, el director y el guionista Mariano Vera agregan una subtrama que enriquece la historia y permite que el tercer acto se vuelva más complejo y menos predecible.
La clave de estas comedias reside en el elenco, y aquí está su punto fuerte. Peretti había demostrado en Sin Hijos su versatilidad para esta clase de películas. Aquí compone a un hombre que, mientras debe ocupar el papel de madre, tiene que cuidar su trabajo en la compañía, donde debe lidiar con su superior (Mario Alarcón) y con DiCaprio (Martín Piroyansky), un muchacho ambicioso. Carla Peterson también vuelve a dejar en claro lo bien que le sienta el género, más allá de que aparece en momentos muy concretos. Como corresponde, los cuatro chicos se roban sus escenas (incluyendo Lorenzo Winograd, hijo de Ariel, como el más pequeño del clan). Guillermo Arengo y Muriel Santa Ana aportan sus bocadillos, pero quien logra destacarse por sobre los demás secundarios es Pilar Gamboa. La actriz de La Muerte de Marga Maier (2017), entre otras, compone a una joven que influirá de manera decisiva en la vida de Víctor, dentro de una subtrama que también podría haber tenido su propio largometraje.
Mamá se fue de Viaje es un festival de gags, y también una invitación a reflexionar sobre la familia, la paternidad, la rutina, la vida. Además, ya no quedan dudas de que Ariel Winograd es el verdadero padre de la comedia argentina actual.