La motosierra eterna
El terror, el morbo y el sadismo salen a flote en esta nueva versión de "Masacre en Texas", que tiene el plus de exhibirse en 3D. Pero, lo que es mejor, aplica esa tecnología sólo en pequeñas dosis, lo que le suma sorpresa a la saga. La historia parte de donde quedó la producción original de 1974, dirigida por Tobe Hooper, y desconociendo las otras secuelas. Los perversos vecinos de Next (Texas) incendiaban la vivienda de los Sawyer, y quedaría viva sólo la beba Heather, que ahora es una bebota descomunal y tiene la herencia maldita de la familia. Salvo el error del director de no darle a Heather la edad que le corresponde, ya que en esta película tiene algo más de 20 años y debería tener casi 40, esta saga tiene la virtud de llevar de las narices al espectador. La muchacha va con sus amigos en busca de sus orígenes, y se encuentra con una mansión plagada de misterios. Y mientras sus amigos tienen en mente vivir una fiesta inolvidable (para lo que se buscó muchachos musculosos y mujeres más que atractivas) se encontrarán con alguien que sólo quiere matar: Leatherface, el hombre de la motosierra con una máscara humana. A partir de aquí se sucederán los crímenes en cadena, con cuerpos mutilados, sangre en abundancia, y una trama que profundiza más en dejar todo acomodado para otra saga más que en hacer hincapié en los vínculos de los personajes. La actuación de Daddario es poco convincente y no se explotó tanto la personalidad de Leatherface, aunque al menos muestra un gesto de amor familiar. Los guiños a la película de 1974, con la actuación de, entre otros, Gunnar Hansen, que dio vida a la criatura asesina en el primer filme, son perlitas para fans. La historia queda abierta y la motosierra sigue encendida.