Una pequeña mala idea puede disparar una sucesión de malos entendidos: “Masterplan” es como una bola de nieve que crece desmedida con cada nuevo agregado que se hace a la mentira original.
El cuñado de Mariano (Alan Sabbagh) le propone un plan perfecto para terminar de equipar la casa antes del casamiento: comprar todos los electrodomésticos y luego reportar la tarjeta de crédito como robada. Estos “brillantes” artilugios siempre terminan fracasando en la vida de los antihéroes y a partir de allí, para consolidar la fachada, Mariano debe deshacerse de su cuidadísimo Siam Di Tella y recrear el robo ficticio una y otra vez dentro de su cabeza ante las insistentes consultas policiales. Habrá inspectores, peritos mecánicos y un linyera que se cruzarán en la vida de Mariano y que posiblemente desgranarán el camino de regreso a la normalidad y a recuperar su querido auto.
En su debut en la ficción, los hermanos Pablo y Diego Levy (“Novias, Madrinas, 15 años”) pusieron especial énfasis en la elección de planos y encuadres, además de estar atentos a todos los detalles del aspecto formal de la realización. Seleccionada en la última edición del BAFICI dentro de la sección Competencia Argentina, esta comedia encuentra su mayor logro en demostrar que es claramente nacional, sin apuntar a conquistar otros mercados, sino funcionando a la perfección dentro de la idiosincrasia argentina. Es una historia que podría estar ocurriendo en nuestro barrio o a pocas cuadras de casa, los personajes son convincentes, reales y, por sobre todo, humanos. Con sus errores y sus aciertos, pero creíbles, reconocibles.
Dentro del elenco se destacan las participaciones de Campi, en un rol alejado del ámbito de la comedia, Andrés Calabria como el linyera bailarín que ocupa el auto abandonado del protagonista y Paula Grinszpan, graciosa sin pretender serlo y quien con pequeños bocadillos y planteos de la vida conyugal diaria genera varias risas.