Disney sabe hacer como nadie estas películas. Tienen la fórmula y la repiten. Historias basadas en hechos reales, filmadas con calidad y recursos, con al menos UNA estrella de Hollywood (aunque sea en decadencia) centradas en algún deporte (no importa cual), donde hay un “underdog” que compite “pese a…” (puede ser una enfermedad, una condición socioeconómica o una etnia discriminada) y gana, claro. En el proceso: un mensaje anti discriminatorio, una moraleja bien subrayada y THE END. Créditos. Una película para regalarle a padres y abuelos sin dudar.