Megamente (Megamind, 2010) es una de las sorpresas más gratificantes del año y sin lugar a dudas la mejor película animada de DreamWorks: hablamos de una mezcla por momentos brillante de comedia romántica, sátira sobre superhéroes y propuesta de enredos, todo condimentado con buenas secuencias de acción, detalles visuales exquisitos y el clásico ritmo vertiginoso del estudio. La moraleja que deja un film tan compacto y disfrutable como el presente es muy sencilla: invertir millones de dólares en el apartado formal sin un guión a su altura no sirve de nada. Demos gracias a Alan J. Schoolcraft y Brent Simons...