Otras visiones para una misma época Memoria para Reincidentes (2010), funciona como un ensayo audiovisual sobre la lucha obrera durante los años 70, pero contrariamente no desde el lado de los sindicatos dominados por el peronismo sino desde los trabajadores más cercanos a la izquierda antiperonista. El documental focaliza sobre cuatro hechos puntuales que sucedieron entre los años 69 y 76. Así vamos a transitar por el conflicto sindical de la Fiat Córdoba; las luchas en las fábricas de la zona norte del gran Buenos Aires; la huelga que tuvo lugar en Villa Constitución (Santa Fe); y el paro general ante el “Rodrigazo” del 75. Violeta Bruck, Gabriela Jaime y Javier Gabino construyen el relato desde la coralidad, intercalando testimonios con material de archivo, en su mayoría inédito hasta el momento. Cómo si fuera un collage van pegando las imágenes que completarán el cuadro de una época. Un cuadro que genera preguntas cuyas respuestas deberá buscarlas el propio receptor del mensaje en las conclusiones que el mismo saque luego de haber visto la obra completa. El mayor logro de Memoria para Reincidentes es el de indagar en una época desde un lugar diferente, evitando caer en el lugar común y con la distancia que da pertenecer a una generación que al no ser parte interviniente de los hechos se permite confrontar desde una visión mucho más objetiva. Desde lo visual los realizadores se corren también del lugar común para no caer en el típico formato televisivo de la entrevista. Para ello utilizan diferentes técnicas como la animación y el material fílmico preexistente intercalado con situaciones del presente. Así las historias fluyen y se ponen en crisis algunos conceptos y momentos históricos sin caer en la doctrina ni la pedagogía. Una vuelta de tuerca, para contar la historia argentina de una época atroz, es la que encontró este trío de documentalistas que desde la distancia vuelve a narrar la historia tan controvertida y revisionada como la propia historia.
Luchas obreras y sindicatos Una parte importante de la historia argentina, la que hace referencia a las luchas obreras en la década de 1970, es retratada por el trío de directores Violeta Bruck, Gabi Jaime y Javier Gabino, a través de una mirada dramática, épica, que a la vez invita a observar paralelos entre el pasado y el presente. Bruck, Jaime y Gabino no solo incluyen en su documental testimonios de distintos líderes obreros, se preocuparon por darle a su película matices audiovisuales que escapan a muchos filmes de características similares. CON ANIMACION Entre ellos se destaca la inclusión de interesantes dibujos animados (creados por Matías Otamendi) para hacer más didáctico, lo que detallan algunos líderes sindicales, al referirse a la explotación de los trabajadores, en muchas de las fábricas del interior del país. En "Memoria para reincidentes" hay momentos intensos, vibrantes y en los directores hubo una clara preocupación por abrir una amplia paleta de imágenes, en las que coinciden desde la llegada de Juan Domingo Perón a Ezeiza (en junio de 1973), hasta el clásico discurso del ex presidente, cuando acompañado de López Rega y su mujer, Isabel Martínez, echó a la agrupación Montoneros de la Plaza de Mayo (1º de mayo de 1974), en defensa de las corrientes de sindicatos más tradicionales. El filme hace hincapié a través de los testimonios, de las diferentes corrientes de defensa del trabajador, desde clasistas, a agrupaciones ligadas a la izquierda. FRISO HISTORICO El amplio friso histórico que abarca la película parte de 1969, con imágenes del Cordobazo, hasta 1976 y se detiene en cuatro historias, separadas geográficamente por su clima político y social. Importantes testimonios aportaron Francisco Páez y Gregorio Flores (los que fallecieron poco después del rodaje), que representaban a los obreros de Fiat Concord, en 1971. A ellos se suman otros relatos que dan cuenta de lo que sucedía en las fábricas de la zona norte del gran Buenos Aires (Astarsa, Del Carlo, Lozadur, Matarazzo), bajo el gobierno de Perón y la experiencia de Villa Constitución, en Santa Fé, huelga que fue declarada como un complot contra su gobierno, por Isabel Perón, en 1974.
Inusuales imágenes del país de 1969 a 1975 Cinco años de recopilaciones y entrevistas les llevó a Violeta Bruck, Gabriela Jaime y Javier Gabino desarrollar este documental con imágenes inhabituales de 1969-1975, rescatadas de viejos noticieros de Canal 9 y otras fuentes que en muchos casos recién vuelven a salir a la luz. No por ello el trabajo hace ostentación de sí mismo. Incluso tiene la humildad de proponerse sólo como unos sencillos apuntes para avivar el recuerdo de quienes transitaron aquellos años, y señalar ciertos hechos a quienes hoy sólo conocen una versión retórica de los hechos. Lo hace desde una perspectiva de izquierda ajena a la oficial, tomando episodios hoy olvidados, que en su momento dieron mucho que hablar: la toma de fábrica con directivos rehenes en la Córdoba «clasista» de 1969, donde llegó a mediar el entonces ministro de Economía Aldo Ferrer, reclamos de 1974 en un astillero del Tigre y una fábrica de San Isidro, resueltas con una intervención a cargo de la Triple A, pedidos de elecciones gremiales de los metalúrgicos de Villa Constitución que Isabelita consideró complot antinacional y resolvió enviando cien Ford Falcon bien cargados, y entre medio «el viborazo» de 1971, el «rodrigazo» que implicó una devaluación del 150% y aumento de 180% en combustibles en pleno invierno del 75, y otras minucias. El material de archivo ilustra y corrobora anécdotas de viejos militantes de entonces, que también mencionan picardías, miedo escénico frente a miles de compañeros, el rechazo general de los obreros a la guerrilla, los tiempos de ilusión y las traiciones peronistas, del Gran Acuerdo Nacional a los «dirigentes sabios y prudentes». Duele ver galpones desolados donde antes había empresas, y también da cierta ternura saber qué fue de la vida de famosos independientes como Gregorio Flores, líder del Sitrac a quien vemos flaco, enérgico, de bigotazo negro y cuello amplio en los noticieros, y ahora es un viejo risueño de barba blanca que pasea por el barrio obrero con su buen compinche, el petiso Francisco Páez. En su mejor momento, lograron que el propio gobierno militar ordenara el reintegro de siete delegados. Poco después, cuando las aguas se habían aquietado, fuerzas de seguridad invadieron las fábricas y empezó otra historia. Al menos están vivos.
Octavo documental del año. Memoria Para Reincidentes tiene una lectura paralela al hecho cinematográfico y tiene que ver con la coyuntura política que vive el país. Es una gran coincidencia en días en los que Moyano ya no es el aliado incondicional del gobierno...