Una de las caras más familiares del cine francés, la gran Isabelle Huppert, protagoniza este film dando vida a Agathe, una mujer elegante, fina, intelectual y fría, vive en pareja con el padre de su único hijo, pero no están casados. Quien la acompaña es Benoît Poelvoorde (Románticos Anónimos), interpretando a Patrick, un hombre, para resumir, totalmente opuesto. Él es promiscuo, vulgar, bebedor y tiene un hijo al que le quieren quitar por no tener un lugar donde vivir. Y justamente es por sus hijos que los dos se van a conocer.
La directora es Anne Fontaine, quien se encargó de dirigir a Audrey Tautou encarnada sutilmente en la piel de Coco Chanel en "Coco Avant Chanel".
La película es una comedia de enredos al mejor estilo francés y su encanto radica probablemente en mayor cantidad en su mujer protagonista. Imposible no amar a Huppert, esa mujer menudita, colorada y con pequitas. Probablemente la historia ya fue contada muchas veces, los contrastes entre dos personas tan opuestas que a la vez parecen estar destinadas a estar juntos. "Los que se pelean se aman", nos decían cuando éramos chicos.
No obstante, viendo la película uno se cuestiona muchas veces si estas dos personas finalmente van a terminar juntos. Mientras Patrick no deja de ser un hombre que a veces da vergüenza ajena, Agathe sólo logra liberarse un poco tras unas copitas demás. Además, el film cuenta con unas tramas secundarias que logran agregarle colorido.
Película de mensaje claro y subrayado, en la vida hay que liberarse y disfrutarla. Nos lo dijeron muchas veces, pero ¿cómo no creerle y querer hacerle caso a la gran Isabelle?