Colin Clark, un joven de 23 años con grandes ansias de formar parte del mundo del cine, se las arregla para formar parte del rodaje del nuevo filme de Sir Laurence Olivier en Londres. La gran estrella femenina de momento, Marilyn Monroe, conmociona no sólo a sus compañeros de elenco sino a toda la ciudad. Deslumbrado por la fragilidad y la sensualidad de la diva, Colin se acerca poco a poco a ella, quien decide abrirle su vida de aparentes lujos y sofisticación, revelándole su verdadera personalidad: una mujer desesperada por que la amen.
La notable composición de Michelle Williams le valió una candidatura al Oscar en el rubro de mejor actriz. El sentido del humor inteligente, chispeante y veloz de la protagonista de “La comezón del séptimo año” también oculta una profunda tristeza: el desamor que sufrió durante su infancia la marcó de tal modo que jamás le permitió establecer un vínculo duradero con sus parejas. Uno de los aciertos de esta propuesta es no caer en el melodrama y volcarse por un tono ligero, risueño y divertido, algo a lo que la banda sonora ayuda notoriamente. Además, otro de sus logros fue quitar la totalidad de la atención de la figura de Marilyn y concentrase en la experiencia del joven (que dio origen al material en el cual se basó el guión de esta cinta) que se acerca por vez primera a las luminarias de la industria cinematográfica.