La franquicia de Mi villano favorito es un plan que nunca defrauda. Mucho menos si se acude al cine para disfrutar de un buen momento en familia. La tercera entrega de Gru y sus secuaces deja un poco de lado la fiebre amarilla de los Minions y apela a la nostalgia de lo ochentoso.
Al igual que Stranger Things (2016), Super 8 (2011) o Sing Street (2016), Mi villano favorito 3 su sube a la moda de revivir elementos icónicos de los ochenta, pero esta vez lo hace a través del antagonista de la historia: Balthazar Bratt.
Balthazar es una ex estrella infantil de televisión que fue desechado en la tercera temporada del programa Evil Bratt por su desequilibrado desarrollo hormonal -acné, cambio de voz-. Como consecuencia del rencor acumulado durante todos sus años alejado de la fama, el genial villano, quien está dispuesto a destruir Hollywood, deberá verse las caras con Gru.
Balthazar se transforma desde el principio de la película en un ridículo, bizarro y querible villano, además de ser el nexo que permite incluir la vestimenta y música ochentosa. Mi villano favorito 3 presenta una gran banda sonora, suenan temas como Bad (Michael Jackson) o Physical (Olivia Newton-John), entre otros.
Por otro lado, Gru y las chicas (Edith, Agnes y Margo), quienes ya habían sumado en la entrega anterior a Lucy -la esposa-, continúan agrandando la familia. Luego de que Gru y Lucy fueran despedidos de la Liga Anti Villanos (LAV) por no poder atrapar a Bratt, un misterioso hombre se presenta en la puerta de la casa familiar para sorprender a Gru con la noticia de que posee un hermano gemelo.
La aparición de Dru, que, a diferencia del mejor villano de todos los tiempos, posee una hermosa cabellera dorada y varios millones de dólares, siembra dudas en Gru sobre su pasado en el lado de los chicos malos.
En paralelo a la historia de Gru y Dru, los Minions van deambulando por el film en otras situaciones. Luego de rebelarse porque extrañan la vida como secuaces y segundos de un villano, las pequeñas criaturas amarillas deciden abandonar a Gru y buscar un nuevo referente. Las partes en las que participan son, sin dudas, las más graciosas y esperadas por el público. No por nada en 2015 se ganaron su propia película.