Llegó a los cines del país un ejemplo más de una whodunnit, un subgénero dentro del suspenso en el cual ocurre un asesinato y un detective debe descubrir a partir de ciertas pistas quien es el culpable.
Este tipo de películas, más allá de las diferencias propias de guion y dirección, son similares en su estructura. Algunas de sus exponentes son La cena de los acusados (1934), Muerte en el expreso Oriente (1974), Muerte en el Nilo (1978) y Entre navajas y secretos (2019).
En Mira cómo corren el espectador presencia la muerte de un reconocido director de Hollywood (Adrien Brody), quien se encuentra presente en Londres para negociar la adaptación cinematográfica de la obra «La ratonera» de Agatha Christie, éxito absoluto en el West London. Tras su muerte, el grupo que se encontraba presente en el mismo lugar y momento en el cual ocurrió el asesinato son puestos bajo la lupa del detective Stoppard (Sam Rockwell) y su particular ayudante Stalker (Saoirse Ronan). La historia recorre a través de flashbacks y elementos narrativos característicos de este tipo de películas las diferentes causas y consecuencias de la muerte de este famoso director, los posibles sospechosos y los motivos que podrían haber tenido para matarlo. El hilo narrativo abre muchas puertas durante el desarrollo de la investigación policial, algunas se cierran y otras no y por supuesto el espectador saca sus propias conclusiones sobre quien es el culpable, como en el juego Clue.
Rockwell y Ronan, desaprovechados en el filme.
El guion (Mark Chappell) y la dirección de la película no escapa de ciertos lugares comunes y eso es claramente una decisión del director: cada personaje es un posible sospechoso, los investigadores son muy peculiares y no logran llevarse bien cuando comienzan a trabajar juntos. Fiel al genero, la película no tiene ningún elemento que se destaque o que la transforme en una historia a ser recordada. Como bien se especifica con ironía en el guion: «una vez que viste una whodunnit, las viste a todas». Resulta claro que el director no quiere arriesgar demasiado y va a lo seguro para intentar entretener y sorprender al espectador.
El diseño de producción y los rubros técnicos son impecables. En relación al elenco, George trabaja la composición de los personajes como arquetipos, decisión que no resulta acertada pues desaprovecha a un elenco con figuras muy solidas. Sam Rockwell y Saoirse Ronan, dos actores de excelencia, le dan vida a personajes olvidables e intranscendentes que si bien logran cierta empatía, resultan por momentos intolerables.
Mira cómo corren no desilusiona al publico especifico que disfruta de este tipo de historias, pero no logra entretener y está destinada a convertirse en un ejemplar más de un subgénero que necesita una bocanada de aire fresco que aquí no se consigue, a diferencia de la muy lograda Entre navajas y secretos, ampliamente superior.