Ayudado por su equipo de operaciones, el agente especial de la Fuerza de Misión Imposible Ethan Hunt escapa de una prisión rusa justo en el momento que un ataque terrorista hace explotar gran parte del Kremlin. Acusado por este atentado, abandonado y desautorizado por su gobierno (quien inicia el protocolo fantasma), Ethan deberá encontrar a los verdaderos responsables de la masacre sin contar con el respaldo de la agencia secreta. Con algunas pocas armas, un reducido equipo de fieles colaboradores y mucha inteligencia, los únicos cuatro miembros del FMI que aún permanecen asignados a esta misión viajarán por medio mundo para evitar la guerra nuclear que se avecina.
Decidido a no dejar de sorprender con cada una de las misiones asignadas a su más taquillera criatura, el actor y productor Tom Cruise nos ofrece un producto de acción con mayúsculas. Hace tiempo que una cinta que combina complots internacionales, persecuciones por todo el globo y adrenalina en tomas aéreas vertiginosas no cautivaba al público del modo que esta cuarta entrega de la saga lo ha hecho en todas los mercados donde se estreno. La dirección de Brad Bird, responsable de “Los Increíbles” otra cinta del mismo género pero en clave animada, sumado a la música de Michael Giacchino, habitual colaborador de J.J.Abrams –quien vuelve a oficiar de productor- es una combinación explosiva para este cine de divertimento ideal para el caluroso verano argentino.
Un dato: si asisten a las funciones en la sala IMAX, además de apreciar la magnitud de la copia en 70mm podrán disfrutar de manera exclusiva ocho increíbles minutos de la próxima entrega de Batman: “El caballero de la noche asciende”.