El especialista en animación Brad Bird (Los increibles, El gigante de hierro y Ratatouille) se hace cargo de una nueva entrega de una saga que, como el rostro de su protagonista, parece alejarse cada vez más del mundo real. Una confabulación con tintes nucleares es la excusa para que Bird enfile secuencias de acción, alguna impactante, muchas cancheras, varias con homenajes a entregas anteriores de la saga. Ese recargadísimo vuelo audiovisual de Misión: Imposible – Protocolo fantasma nunca termina de disfrutarse porque la película transmite todo el tiempo una fastidiosa sensación inhumana.